- Aunque la negociación no fue en absoluto sencilla, los países de la Unión Europea lograron en 2020 un acuerdo para movilizar entre sus socios 750.000 millones de euros entre préstamos reembolsables (360.000 millones) y transferencias a fondo perdido (390.000 millones). De ese volumen total, 140.000 millones están destinados a España. Estas ayudas se harán efectivas en el trienio 2021-2024 y tienen el objetivo de promover proyectos de inversión que favorezcan la transición hacia un modelo productivo más sostenible, digital e inclusivo.

La estrategia Euskadi Next aspira a captar alrededor de 6.000 millones -el volumen de población es el criterio principal del reparto entre comunidades- para financiar unos programas que, en conjunto y con la suma de las aportaciones propias por la colaboración público-privada, podrían superar los 18.000 millones de inversión. Movilidad sostenible, digitalización y salud son las áreas prioritarias de trabajo. “Si se orientan bien, estos proyectos deberían tener una importante capacidad transformadora de la economía vasca. Van a poner los pilares de sectores estratégicos y de futuro. El potencial es muy elevado y esperamos que se vayan plasmando en realidades poco a poco”, explica Pablo Martín, responsable de Economía de Confebask. Los retrasos en la gestión de los fondos y la articulación de un sistema que permita que un sector tan importante como las pymes se beneficie de estas inversiones son dos de las preocupaciones que existen actualmente.

Por su parte, en la Comunidad Foral el Plan ‘Reactivar Navarra / Nafarroa Suspertu 2020-2023’ busca recoger algo más de 1.800 millones para proyectos que estimulen la transición digital y ecológica sin perder de vista la cohesión social y territorial. “Los ejes definidos por Europa como la digitalización y la sostenibilidad impactan en la mejora de la competitividad de las empresas y es una oportunidad que debemos aprovechar al máximo”, indica desde la CEN Carlos Valdivielso.

“Uno de los aspectos más positivos que se ha visto en esta crisis son las reformas excepcionales que se han adoptado para proteger el empleo y las empresas”.

“Tenemos que ver como nos adaptamos a los costes que supone la guerra en Ucrania sin haber cerrado los problemas de la pandemia. En los próximos meses subirán los costes energéticos y de las materias primas”.

“Todo el sector empresarial ha sufrido durante los dos años de pandemia aunque el impacto ha sido desigual, con sectores más dañados por la crisis como la hostelería, el comercio, el turismo o los servicios”.

“La invasión rusa de Ucrania añade nuevos elementos de gran incertidumbre a una situación muy dañada y en la que la economía en Europa no se recupera al ritmo esperado”.

“Los ERTEs fueron un gran acierto. Hasta entonces eran una figura marginal en la legislación laboral y han permitido conservar los empleos”.

“Los incrementos salariales están, por lo general, por debajo de la subida de los precios y eso va a implicar pérdida de poder adquisitivo”.