s ardua la labor de representar una ausencia que no ha dejado rastros y resaltar las presencia de víctimas borradas por el olvido”. Esta es una de las ideas clave de la exposición Duerma en ti. Maternidades robadas en España, que se exhibe en el Museo Nacional de Antropología de Madrid. Un proyecto creado por varias asociaciones españolas que pretende visibilizar el robo de recién nacidos, una práctica que sufrieron decenas de madres en España entre 1939 y 1999.

Duerma en ti, título inspirado en el poema La madre triste de Gabriela Mistral, es un recorrido por las diferentes experiencias de madres, padres e hijos que fueron “víctimas de este crimen”, según han comentado a Efe los creadores de la exposición.

El proyecto nació cuando Aránzazu Borrachero (investigadora), y Pedro Lange-Churión (fotógrafo) conocieron a la presidenta de la asociación “Todos los niños robados también son mis niños”, Sol Luque Delgado. A través de un llamamiento a voluntarios de la asociación que quisiesen contar su historia, la organización seleccionó 20 testimonios que representasen la verdad de miles de familias.

El robo de recién nacidos se enmarcó en una dictadura franquista que impuso el modelo femenino predicado por la Iglesia católica. Un modelo de feminidad donde la mujer estaba recluida al hogar y a la familia, cuya disciplina llegó a modelarse a través de organizaciones como la Sección Femenina.

Este tipo de redes fomentaban un control determinado hacia aquellas mujeres viudas o en precariedad económica que, lejos de conseguir oportunidades para poder desarrollar una profesión con la que sustentar a su familia, perdían la custodia de sus hijos o se les decían que habían fallecido en el parto.

Como ha declarado a EFE Borrachero, “Franco tenía una obsesión por la reproducción”, la regeneración de una sociedad dividida y exterminada que necesitaba una recomposición social, aunque con ciertos límites hacia la “reproducción incontrolada de las clases populares” frente a las clases medias y altas.

Los rostros de aquellas madres y familiares, a quienes arrebataron a sus seres queridos sin conocerlos, se pueden ver en el Museo Nacional de Antropología de Madrid en esta serie de fotografías creadas por Pedro Lange-Churión, quien a través de un proceso emocional “muy difícil” ha conseguido plasmar “una estética barroca” y “que recordase a imágenes de la Virgen como un comentario irónico hacia la maternidad que estas mujeres no pudieron gozar y que reflejase la dureza de estos testimonios en sus miradas”.

En este proceso de búsqueda, la exposición también manifiesta las dificultades que afrontan las víctimas de esos robos -ya sean las madres o los propios hijos robados- para localizar a sus familias, porque, a falta de un marco normativo regulado, se estancan en diferentes procesos.

Tan solo cuentan con una proposición de ley sobre bebés robados, en trámite en el Parlamento desde junio de 2020, y que Sol Luque sigue detenidamente, ya que “representaría un punto de inflexión en el recorrido de impunidad y olvido que ha acompañado a las desapariciones”.

Todo el interés social hacia esta problemática, que “también existía en otros países como Israel o Serbia”, ha conseguido que el proyecto, aparte de viajar a más lugares del Estado español como Bilbao o Navarra, tenga un interés y una posible proyección internacional hacia Estados Unidos y estos países ya mencionados, donde “el modus operandi en las maternidades robadas era muy similar al de España”, indica Borrachero.

Estas historias que representan un conflicto silencioso aún vigente se exhibirán en Madrid hasta el 5 de junio en Madrid de forma gratuita y se pueden conocer en la web www.mujerymemoria.org, donde la investigadora Aránzazu Borrachero continúa desarrollando los perfiles de estas 20 víctimas con todo tipo de material documental y video gráfico apoyado en las imágenes de Pedro Lange-Churión.

La exposición fotográfica también manifiesta

las dificultades que

afrontan hoy en día las víctimas de esos robos