José María Uruñuela Ansó, marido y asesino confeso de la joven navarra Sara Pina Yeregui, declaró ayer por videoconferencia desde prisión ante el Juzgado de Instrucción y Primera Instancia 5 de Tudela después de haberle remitido semanas atrás una carta a la jueza instructora en la que venía a dar ciertas explicaciones sobre el crimen que cometió. El elemento nuclear de la declaración de Uruñuela no se ve modificado, puesto que no cuestiona el reconocimiento de hechos que hizo de inicio y que mató a su mujer cuando esta se encontraba durmiendo, pero en la carta que envió al juzgado y sobre lo que ayer declaró refiere un consumo abundante de drogas, previo y posterior a los hechos, como desencadenante del crimen y de su posterior huida, que le llevó hasta Francia. En las próximas diligencias, el juzgado podría acordar una pericial forense, psicológica y toxicológica a efectos de determinar la afección que presenta el asesino en sus capacidades debido a dichos consumos de tóxicos. El comportamiento en el órgano judicial de Uruñuela no fue muy distinto del que había mostrado en la primera ocasión que estuvo ante la instructora, cuando ya entregó sendas cartas tanto a la familia de Sara, como a la magistrada, pero sin embargo declaró de forma escueta. Ayer apenas ofreció algunas palabras más sobre su comportamiento que entraban en contradicción con lo escrito.

Ante tal diligencia, alrededor de una treintena de personas que formaban parte de la plataforma Luchamos por Sara se concentraron frente a los juzgados de Tudela para recordar a la joven cortesina asesinada. Entre las concentradas ofreció su apoyo Asun Casasola, madre de Nagore Laffage, asesinada en 2008 en Sanfermines. Desde el colectivo recordaron que "las consecuencias de la violencia machista acompañan a las familias y a todo el entorno de la mujer asesinada toda la vida. Nos negamos a que este asesinato y los demás se desdibujen hasta acabar convirtiéndose en un número más, casi sin nombre, casi sin voz".

"sara, somos tu voz" Por este motivo se concentraron detrás de una pancarta en la que se leía Sara no olvidamos. ¡¡Somos tu voz!! y enfatizaron que "la violencia machista se nutre del silencio, de lo que se calla para no cuestionar el sistema patriarcal que es la base de la desigualdad de las mujeres, de actitudes violentas a las que no se les da importancia para no poner en solfa el sistema". Casasola señaló la importancia de que la sociedad apoye a la familia "porque realmente se pasa mal. Van 14 años y medio del asesinato de mi hija y esto es duro de narices. Sigo empastillada y esto no se pasa. Solo tenemos el apoyo e intentar vivir como podamos. To-das las víctimas tenemos que estar unidas y apoyándonos porque sabemos lo duro y lo injusto que es".

"Todas las víctimas tenemos que estar unidas y apoyándonos por lo duro e injusto que es esto"

Madre de Nagore Laffage