Zagreb - Croacia afronta un desafiante cóctel al asumir el 1 de enero, por primera vez, la Presidencia rotatoria de la Unión Europea: el inminente brexit, el difícil presupuesto plurianual 2021-2027, la conferencia sobre el futuro de la Unión Europea y la ampliación, son sus prioridades. Una Europa fuerte en un mundo lleno de retos, es el eslogan del semestre croata al frente de la UE, lanzado por el primer ministro, el conservador Andrej Plenkovic, jefe de un partido nacionalista y de un Gobierno de coalición de centroderecha en minoría.

La prevista salida del Reino Unido de la UE el 31 de enero abre un nuevo periodo de incertidumbre durante el que se deberán determinar cuáles serán las futuras relaciones del bloque con Londres.

El primer ministro británico, Boris Johnson, pretende lograr un amplio y complejo acuerdo de libre comercio hasta el 31 de diciembre de 2020, fecha en la que vence el periodo de transición previsto en el acuerdo del brexit. La Comisión Europea (CE) estima, sin embargo, que ese plazo es demasiado corto y abogará por prorrogarlo.

Por otro lado, los cerca de 12.000 millones de euros anuales que el Reino Unido dejará de aportar a las arcas comunitarias complican la fijación del presupuesto plurianual para el periodo 2021-2027, un asunto que apremia.

DIFÍCIL CONSENSO Según el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, nunca antes en la historia de la UE se presentó tan difícil el lograr el consenso necesario para aprobar el presupuesto, meta que, para Plenkovic, es "la tarea más importante en la actualidad".

El desafío es acercar unas posturas aún muy alejadas entre los socios, divididos en dos principales grupos: el de contribuyentes y receptores netos.

Entre los primeros, países como Alemania, Dinamarca, Suecia, Holanda y Austria, defienden que una UE más pequeña no debe requerir un aumento de gastos, mientras que los segundos temen recortes en los fondos de cohesión y de apoyo a la agricultura que reciben.

Además, destacan que la UE necesita de medios adicionales para alcanzar nuevos y ambiciosos objetivos en temas como la lucha contra el cambio climático, la mejora de la gestión migratoria o avanzar en la digitalización.

"Croacia tratará de que ese acuerdo se logre de forma que queden satisfechos tanto los contribuyentes netos como los receptores netos, tanto las políticas tradicionales de cohesión y agrícola, como las necesidades de los nuevos retos", ha anunciado Plenkovic. No obstante, el mandatario no especificó cuál será la fórmula para dejar contentos a todos.

FUTURO Y AMPLIACIÓN A la Presidencia croata le compete recopilar, analizar y resumir las propuestas para la conferencia sobre el futuro de Europa, que tendrá lugar entre 2020 y 2022.

La idea es crear un foro, en el que participen ciudadanos, la sociedad civil y las instituciones europeas, que durante dos años trabaje para crear un plan para fortalecer a la UE.

La ampliación del bloque hacia el sureste centrará una conferencia con los países de los Balcanes occidentales el 6 o 7 de mayo en Zagreb.

El veto en 2019 del presidente de Francia, Emmanuel Macron, al inicio de las negociaciones de acceso de Macedonia del Norte y Albania, considerado por muchos como un error, ha despertado el temor de que Rusia y China profundicen su influencia en la región ante la falta de una perspectiva europea.

Por ello, la Presidencia croata se esforzará por conseguir una solución que unifique a los países miembros respecto a la continuación del proceso de ampliación, anunció Plenkovic.

Plenkovic ha añadido otras prioridades para el primer semestre de 2020, como la reforma del sistema de asilo europeo común, la realización del Pilar Europeo de Derechos Sociales y la lucha contra el calentamiento del planeta.

El Gobierno croata ha formulado sus objetivos bajo cuatro lemas: "La Europa que se desarrolla", "La Europa que conecta", "La Europa que protege" y "La Europa que influye", y en cada capítulo ha incluido decenas de temas, lo que ha suscitado críticas. La eurodiputada socialdemócrata croata Biljana Borzan opinó que Croacia tiene un campo demasiado amplio de prioridades generales y que debería elegir unas pocas, pero bien definidas, o bien impulsar sólo una, "tal como Estonia hizo con la digitalización".

Un 70% de los ciudadanos croatas se manifiestan descontentos por el rumbo por el que va el país, uno de los más pobres de la UE, afectado por la corrupción y la emigración de jóvenes a Europa occidental.

Ivo Sanader, primer ministro de Croacia entre 2003 y 2009, era condenado el lunes a seis años de cárcel por recibir sobornos en un caso de concesión de derechos de la compañía petrolera croata Ina a la húngara Mol en 2008. El Tribunal Provincial de Zagreb condenó a otros dos años a Zsolt Hernadi, director entonces de la compañía húngara, como autor de los sobornos. "Ivo Sanader acordó con Hernadi asegurar, por la suma de 10 millones de euros, que Croacia cediera a Mol la toma de decisiones en Ina", explicó la juez responsable del caso, Maja Stampar Stipìc.

El último de la fila comunitaria

Elecciones. Con 4,1 millones de habitantes, el país adriático es el último socio que entró en la UE, en 2013, y estrena su primera Presidencia comunitaria en plena campaña electoral para elegir a su próximo jefe de Estado. La presidenta en funciones, Kolinda Grabar-Kitarovic, candidata del gobernante partido conservador HDZ, de Plenkovic, y el ex primer ministro sociademócrata Zoran Milanovic, se enfrentan en la segunda y definitiva vuelta de las elecciones el próximo 5 de enero. Aunque las competencias ejecutivas del jefe de Estado son limitadas, su gestión sí puede influir en la política exterior.