Estamos en plena negociación de presupuestos europeos, algo que ocurre cada siete años en el club, porque el llamado Marco Financiero Plurianual de la Unión Europea se mueve a golpe de septenios. Concretamente ahora nos estamos jugando en qué vamos a gastar las aportaciones de los 27 en el período 2021-2027 y ese es el primer y principal problema, que ya no somos 28, una vez que el Reino Unido, principal contribuyente neto de la UE nos ha abandonado. Se trata, pues, de tratar de incrementar gastos e inversiones europeas ante los nuevos retos y desafíos, con menos miembros a aportar. Algo así como la cuadratura del círculo. De ahí, que la cumbre de la pasada semana del Consejo Europeo acabara en fracaso, con los jefes de Gobierno enfrentados en dos bandos, hoy por hoy, irreconciliables, los "frugales" partidarios de gastar menos porque hay menos recursos y los "amigos de la cohesión" que defienden que ningún Estado miembro debe sufrir una disminución brusca y desproporcionada de unos fondos vitales para combatir la desigualdad en la UE.

LA COALICIÓN DE LOS "CUATRO FRUGALES". Holanda, Suecia, Dinamarca y Austria componen una alianza de Estados que consideran que no se puede hacer más con menos. Con ellos inicialmente se alineó también Alemania, de quien siempre se ha pensado que su canciller era la inspiradora de esta nueva versión de austeridad. Sin embargo, Merkel, tras hablar con el presidente francés, Macron, decidió la semana pasada optar por la neutralidad en la batalla y jugar con el eje franco-alemán al consenso y el acercamiento de posturas entre los dos bandos. Los "frugales" - así bautizados por la prensa anglosajona - quieren limitar el presupuesto al 1% del PIB europeo, y además mantener sus "cheques", con los que se les devuelve parte de su contribución. Están empeñados en calcular fríamente lo que pagan y lo que reciben a cambio, sin introducir variables tan trascendentales como el valor de conjunto que para ellos tiene el Mercado Interior a la hora de vender sus productos, los fondos de innovación e investigación o las políticas de migración y control de fronteras.

ENFRENTE LOS "AMIGOS DE LA COHESIÓN. En el bando contrario, nada menos que 17 Estados miembros, con España y Portugal a la cabeza, junto a los países del Sur y del Este de la UE. Un bloque sin una propuesta bien definida pero partidarios de, al menos, mantener los fondos actuales para la Política Agraria Común (PAC) y las Políticas de Cohesión, que con casi toda la probabilidad sufrirán recortes. Se da la circunstancia paradójica que el borrador de partida de los nuevos presupuestos europeos fue diseñado por la actual vicepresidenta económica del gobierno español, Nadia Calviño, hace ahora casi dos años, cuando era la Directora General de Presupuestos de la Comisión Europea. Unas cuentas que con las correcciones llevadas a cabo en la propuesta del Consejo, prevén recortes de un 14% en agricultura y 10% en cohesión. Políticas que son consideradas por los beneficiarios, no como mero instrumento de solidaridad, sino como herramienta básica de la construcción europea.

223.000 MILLONES DE EUROS LES SEPARAN. Las diferencias no son solo entre los Estados miembros, también se han producido entre las Instituciones europeas. El Consejo y el Parlamento parten de cifras muy distantes y no debemos olvidar que la Eurocámara podría tumbar las cuentas si no le resultan satisfactorias. El propio presidente del Parlamento, David Sassoli, ha advertido al del Consejo, Charles Michel, que faltan al menos 223.000 millones de euros en su propuesta. El propio Parlamento ha presentado un dossier de prensa, con datos del Ejecutivo comunitario, en el que aparecen los países que más se benefician del Mercado Interior y los cuatro "frugales" no salen mal parados. Aunque el ranking está liderado por Luxemburgo (12.500 euros por persona y año) seguido de Irlanda y Bélgica, la inflexible Holanda queda en cuarto lugar, cerca del podio, con cerca de 5.000 euros por ciudadano y año, seguida de Austria y Dinamarca, y Suecia queda como octavo país. Alemania, el mayor contribuyente y con una economía fuertemente exportadora que se beneficia de la riqueza de los demás, queda en el undécimo lugar, por encima de la media europea. Por tanto, los contribuyentes netos en realidad son los más beneficiados de contar con un club al que vender sus productos.