Bélgica ha concedido asilo político al expresidente de Ecuador Rafael Correa, según ha confirmado el abogado del exmandatario, Christophe Marchand.

En una resolución a la que tuvo acceso Efe y fechada el pasado 15 de abril, el comisariado general de refugiados y apátridas (CGRS) de Bélgica confirma que otorga a Correa el estatus de refugiado en este país, donde ya residía desde 2017 porque de él procede su esposa, Ann Malherbede.

Marchand explicó que la solicitud de asilo se había puesto en marcha tras iniciarse en 2018 en Ecuador un proceso legal que le relacionaba con el supuesto secuestro de un opositor en 2012, el llamado "caso Balda".

Bélgica les requirió demostrar que existía una persecución política en Ecuador contra Correa, para lo que aportaron "documentación sobre los casos criminales en su contra con motivaciones políticas" y "destinados a impedir su carera política", dijo el abogado belga.

Marchand se declaró "feliz" con la resolución de este caso, ya que, aseguró, tras 25 años en la profesión sabe "lo difícil que es que Bélgica conceda asilo político".

Correa, quien gobernó de 2007 a 2017 como uno de los referentes de la izquierda latinoamericana, reside tras el fin de su mandato en Bélgica y sobre él pesa en Ecuador una condena de ocho años de cárcel e inhabilitación política por el caso "Sobornos 2012-2016".

El presidente de la Corte Nacional de Justicia, Iván Saquicela, ha confirmado que ha solicitado ya formalmente a Bélgica la extradición del expresidente Correa.

Saquicela ha recordado que hay "una sentencia en firme" contra Correa y que, por tanto, la petición se desarrolla "en estricto derecho". "Aquí no hay juicios de valor, no son opiniones ni criterios políticos, mi pronunciamiento es en derecho y es mi deber", ha dicho, al aludir a un caso que ha enfrentado a la política ecuatoriana durante los últimos años.

Correa, condenado por un delito de cohecho en un caso que ha salpicado también a otros miembros de su antiguo Gobierno, siempre ha defendido que es víctima de una persecución política, algo que ha reivindicado incluso ante las autoridades belgas.