Iker Alfonso de Miguel iba al Campeonato de España con la intención de recuperar sensaciones, pero el atleta de Uztarroz se alzó con el tercer puesto con su mejor marca de la temporada (50.75).
Viene de cerrar una temporada intensa, más larga de lo normal ya que el Campeonato de España ha sido ahora en agosto. Si tuviera que resumirla en pocas palabras, ¿cómo ha sido este 2025?
–Ha sido una temporada larga y sufrida pero con un broche final inmejorable.
A lo largo del año, ¿cuál dirías que ha sido su mayor evolución, ya sea técnica o física?
–Este año me he centrado bastante en la velocidad. Empezamos a entrenar un poco más de volumen por arriba y a mitad de temporada tuve una lesión que no me permitió competir bien al final de la temporada pasada y este año optamos a reducir notablemente el volumen de entrenamientos para centrarnos mucho en la velocidad. Este año he competido hasta en pruebas de velocidad en pista cubierta y al aire libre. Ese ha sido el enfoque de este año, volver a poner rápido el cuerpo.
En todo proceso hay altibajos… ¿Hubo algún momento de la temporada en el que las cosas se pusieran cuesta arriba?
–Ya desde el momento que empecé la temporada todo ha ido así. Las dos primeras competiciones son siempre para ver en qué puesto estás más o menos, este año empezamos en abril, principios de mayo y tuve varias carreras y no me encontraba, no encontraba mi ritmo. Decía ya saldrá, ya saldrá, pero terminé el Campeonato Navarro y el meeting de Pamplona, que son fechas señaladas, no lo hice como me gustaría y habló con la federación navarra de que renunciaba competir en el Campeonato de España de Federaciones porque necesitaba un respiro. Entonces ahí fue donde más duro se me hizo.
Llegamos al Campeonato de España. ¿Cómo llegaba fisicamente y anímicamente a esa cita?
–Tuve que parar en San Fermín para tomar un respiro, para coger julio con más confianza, sí que es verdad que he entrenado bien y que tenía ganas de competir, pero un mes sin competiciones se nota, una cosa es tener ganas y estar motivado y otra es hacerlo bien. Yo venía con ganas de competir, pero con esas dudas de a ver dónde estoy.
Antes de colocarse en los tacos de salida, ¿qué pasaba por su cabeza?
–Mi familia. Al final son los que te apoyan los 365 días del año, cuando estás bien son los que lo celebran y cuando estás mal son los que están contigo. Era la primera vez que venían a verme y casi que lo hice por ellos.
Desde dentro, ¿cómo vivió la carrera? ¿Hubo algún momento en el que supiera que podía estar en el podio?
–Lo mejor es que salga instintivo y que vayas en piloto automático, pero en una final te pasa de todo por la cabeza. Mi plan era repetir la semifinal y correr más en el tramo final ya que en semis al verme delante y sabiendo que pasaban los dos primeros puestos tampoco apuras tanto y aprietas hasta el final. Y mi plan era ese ir un poquito más rápido y colocarme bien en la carrera y sin dormirme a partir de la mitad, de la sexta o séptima valla volver a arrancar y terminar con todo. Salí fuerte, me veía en un buen ritmo, pasándole al que tenía a mi lado en la calle 8 y cuando al pasar por la valla 6 escuché que venían por debajo Jorge y David muy fuerte me hizo un click la cabeza y fue, venga, corre que ellos se va y no te puedes quedar aquí atrás. Eso fue un poco la clave de la final.
¿Siguió alguna estrategia distinta para esta final respecto a otras carreras del año?
–Distinta no sé porque cada competición es distinta. Pero antes del campeonato cuando salieron los escritos yo era el séptimo, luego alguno se cayó a última hora y enfocamos el campeonato planteando hacer una buena semifinal, buscando sensaciones y de confianza, ya te digo no tenía tan claro que iba a pasar a la final. Quería ganar esa experiencia porque este año ha subido mucho el nivel en 400 metros vallas. Por esa parte varios que compitieron conmigo en la final eran debutantes y eso jugó un poco a mi favor, son corredores que han subido mucho el nivel este año pero yo tenía esa ventaja de que yo ya he estado aquí, yo ya sabía lo que pasa y a corredores le venía todo de nuevo, esa presión con la que venían yo ya la sufrí en su momento y me tenía que aprovechar de eso. Intenté mantener la calma, hacer lo que sé y demostrar lo que he estado entrenando que sabía que tenía que salir en algún momento.
Cruza la meta… ¿qué es lo primero que piensa?
–La familia lo primero, crucé la línea de meta y los metros que me dejé llevar creo que fue de las medallas que más me ha emocionado y pensé en ellos y en el año tan duro que ha sido. Estaba entrenando bien, pero he tenido solo una buena carrera este año y ha sido aquí
¿Era un objetivo que tenía claro o llegó como una sorpresa?
–Hace una semana veía que mi pelea iba a ser llegar a la final, veía la distribución de cómo podía tocarme la carrera y pensaba que tenía que correr muy bien porque había gente por debajo de mi marca. Sabía que iba a ser complicado. Una vez que entré en la final es verdad que en las semis me vi con buenas sensaciones y pensé, si repito la misma táctica, puede igualar mi marca de este año o incluso mejorarla. Una vez pasada a la final recuperé esa confianza, pero llegas a la final y te plantas con los mismos y alguna duda te viene, de que igual en esta ocasión no me sale o lo que sea. El oro tenía claro que se lo iba a llevar David porque lleva un año increíble, pero veía que podía haber alguna medalla abierta y me daba igual quedar cuarto que octavo, la cosa era dar todo e intentar subir al podio.
Más allá de lo deportivo, ¿qué significa conseguir un bronce en un campeonato nacional?
–Mucho. Hace dos años conseguí la plata y el año pasado me quedé quinto después de un año muy complicado y este año te tiras entrenando diez meses y solo haces lo que haces el día de la final, entonces este año era o te subes otra vez a la rueda de correr un poco más y estar arriba o te vas quedando porque el resto sigue mejorando y tú, por muy bien que entrenes y muy motivado que esté, como no te salgan las cosas, es algo que pesa. Yo pensaba que iba por buen camino, aunque no me saliese y de repente ha llegado el premio y cierras una temporada de 5 a lo que podría ser un nueve.
¿Cuáles son sus próximos objetivos a corto y medio plazo?
–El objetivo es seguir compaginando el atletismo con mi vida normal, así como ha sido este año. Después de estar lesionado el año pasado pues hago esto porque me gusta porque el atletismo da para lo que da, hacerlo agusto, seguir coincidiendo con esa gente que tengo en Larrabide que tengo muchísima suerte de poder entrenar con ellos y hacer el día a día muchísimo más ameno y seguir disfrutando y, si acompañan los resultados, es una bendición. Seguir con el enfoque de este año y dar un pasito más y subir un poquito la intensidad
¿Se ve compitiendo pronto en competiciones internacionales?
–Me he quedado dos veces estando en plazas de ranking para competir en el Campeonato de Europa y la selección española me ha dejado las dos veces fuera, pesa bastante. El año que viene hay otra vez europeo, lo voy a intentar pero las marcas cada vez son más exigentes y el año pasado ya estuve en Brasil, que ya fue un premio y seguiré intentándolo. Los mundiales y los Juegos están a otro nivel, pero siempre intento ir un escalón más arriba.
¿Qué aspectos cree que todavía puede mejorar para dar un salto de nivel?
–Sin dejar de lado la velocidad,ese aguante que considero que tengo y considero que sé leer bien las carreras de vallas, pero es verdad que al aumentar la velocidad, como dice mi entrenador, si tienes un nuevo coche, pero no sabes manejarlo, de nada te sirve que sea más rápido. Buscar ese balance entre ser más rápido y ser eficiente. l