Con 22 años, Ander Urdiáin disfruta de su primera temporada a nivel profesional en casa, siendo uno de los jóvenes navarros con mayor proyección baloncestística actualmente. El alero del Basket Navarra, que compite actualmente en LEB Plata, ha atendido a este periódico para analizar las claves de su progresión como jugador, así como el prometedor futuro que le aguarda en el baloncesto de primer nivel. 

¿Cuándo decidió dedicarse al baloncesto de manera profesional? ¿Lo tuvo claro desde hace tiempo o ha sido una decisión que se ha gestado conforme a su progresión?

–Como bien dices, creo que se ha gestado a lo largo de la progresión. A los quince años tomé la decisión de irme a vivir solo a Zaragoza y meterme un poco más en el mundo del basket. Una vez llegué al primer año de sénior con 18 años, después de terminar el segundo año de júnior, fue cuando ya decidí dedicarme al baloncesto de manera profesional.

¿Cómo se encuentra en esta primera temporada en el Basket Navarra después de los tres años en Huesca? ¿Qué sensaciones tiene con el equipo?

– Sinceramente, creo que se ha hecho un gran grupo. Tenemos un ambiente muy bueno y, en mi opinión, el equipo tiene un gran potencial.

¿Por qué se fue de Huesca? Porque, si no me equivoco, estaba compitiendo en LEB Oro. ¿No disfrutaba de suficientes minutos, se le acababa el contrato de la cesión..?

– El año pasado fue difícil porque sufrimos el descenso a LEB Plata con el Huesca. Una vez se dio esa situación y después de no haber tenido muchos minutos, decidí venir a casa donde, al final, siempre hay un ambiente más cálido.

¿Cambia la manera de afrontar cada encuentro en función del rival o existe una filosofía fija implantada por Jordi Juste?

–Creo que un poco ambas. Siempre jugamos con la filosofía de luchar todos los partidos hasta el final y, a partir de ahí, vamos modificando los planes de partido según el rival o jugadores que queramos defender de una manera o de otra, pero, generalmente, nuestra filosofía siempre es bastante parecida, que es hacer un juego dinámico y aprovechar mucho el contraataque.

Como alero, ¿cuáles son sus puntos fuertes dentro de la cancha? ¿Qué se le da mejor?

–Mi punto fuerte es el tiro exterior, y, partiendo de ello, baso todo mi juego ofensivo. El hecho de tener una amenaza exterior hace que la defensa del rival se pueda centrar un poco más en el tiro y, a partir de ello, trato de penetrar más fácil, buscar a los compañeros y tener más opciones de anotar.

A nivel individual, ¿cuáles son sus metas para esta temporada?

–La meta que tengo este año es intentar que el equipo consiga el puesto más alto en la clasificación y, por tanto, ayudar en todo lo posible para conseguirlo.

A día de hoy, ¿se marcan el objetivo de ascender a LEB Oro?

–Ahora mismo no tenemos ese objetivo para el final de temporada. Todos los clubes miran primero por mantenerse en la liga y, después de haber logrado la permanencia, empezar a soñar un poco más.

Por último, un sueño, si es que todavía no lo ha cumplido. 

–Creo que con lo que sueña todo jugador de baloncesto, que es poder competir al máximo nivel. Por tanto, mi sueño es poder llegar a jugar en la ACB.