La gloria pasa por la épica. Otra vez. Los cuartos están a un partido, pero ante una de las grandes favoritas. Es un duelo a todo o nada en nuevo episodio de este grupo que parece una fuente inagotable de talento e insaciable de éxito y que ante Canadá, como no podría ser de otra manera, tendrá que dar el máximo para seguir en el Mundial. 

La derrota ante Letonia es ya agua pasada. Después del partido, La Familia se reunió para hacer equipo y empezar a mentalizarse de que el reto es muy complicado pero no imposible. Recordó que esto ya ha sucedido más veces y se ha conseguido dar la vuelta; y empezó a hacerse a la idea de que es capaz de tumbar a la todopoderosa Canadá de Shai Gilgeous-Alexander, la favorita para heredar la corona ecuménica junto a Estados Unidos.

El partido pasa, como en todos estos últimos años, por la unidad; por la convicción de que el todo suma más que las partes y por la confianza plena en el compañero. En eso y en el peso de una camiseta que, a diferencia de la canadiense, ya sabe lo que es sufrir y, sobre todo, lo que es ganar.

Canadá es una selección muy completa, con hasta siete jugadores NBA y liderada indiscutiblemente por Shai Gilgeous-Alexander, base de los Oklahoma City Thunder, que tira del carro de la selección dirigida por el español Jordi Fernández, exayudante de Scariolo hasta 2019.

Un Scariolo que, pese a saber que España no es favorita, apela al compromiso y concentración de una selección que ha superado siempre las expectativas.

Eso sí, Scariolo no podrá contar casi con seguridad con Sergio Llull. El escolta del Real Madrid sufrió una contusión y el seleccionador aseguró tras el entrenamiento de ayer que no se la jugará en caso de riesgo para el jugador.

Las piezas, las cartas, las fichas... ya está todo sobre la mesa. Solo falta jugar. España se refugia en su pasado reciente, en la épica y en su aura de ser capaz de lograr casi siempre lo aparentemente imposible para tumbar a la gran favorita del duelo; una Canadá que, eso sí, no supo aguantar la presión ante Brasil.

Los cuartos pasan por Canadá. La gloria pasa por la épica. Otra vez. España volverá a jugar sin red, condición en la que siempre se ha manejado bien este grupo. Este domingo es todo o nada para volver a pertenecer a los ocho mejores combinados del planeta.