Llega la noche y después de todo el día de aquí para allá estás agotada y no ves el momento de irte a dormir. Cuando ya crees que lo has hecho todo y que por fin puedes marcharte a la cama, entonces te das cuenta de que todavía te falta algo: no te has desmaquillado.

Lo primero que sientes es una tentación irrefrenable de mirar para otro lado y acostarte de todas formas. Sin embargo, eres consciente de que hacerlo tendría unas consecuencias nefastas para tu piel. Y es que desmaquillarse es una de las rutinas de belleza imprescindibles si queremos evitar un envejecimiento prematuro del rostro.

También existe la posibilidad de que, pese a desmaquillarte todas las noches, la piel de tu rostro no luzca tan bien como debería. En ese caso puedes estar cometiendo, sin saberlo, algunos errores que en vez de beneficiarte estén produciendo en tu piel un efecto contrario al que buscas. Algunos de estos desaciertos son:

1- No lavarse las manos. Nuestras manos son un importante vehículo de bacterias y suciedad y si no las lavamos antes de desmaquillarnos podemos depositar en la sensible piel del rostro todo tipo de residuos.

2- Aplicar poco producto. Si aplicamos en el algodón poca cantidad de producto, esta será absorbida por la piel y no limpiará. Sin embargo, si vertemos una cantidad generosa saturaremos la piel y retiraremos con el algodón todo lo que esta no absorba.

3- Usar discos de algodón desechables. Lo más práctico no es siempre lo más saludable. Frente a los discos de algodón de usar y tirar, lo más recomendable es utilizar pequeñas toallitas, esponjas o discos reutilizables. Estos pueden ser de fibra de bambú, de algodón o de microfibra. Son más suaves y tienen un menor impacto ecológico. Además, si tienes la piel sensible también puedes utilizar las manos para desmaquillarte, el mejor instrumento para no irritar la piel.

Una mujer utiliza un disco reutilizable. Freepik

4- Emplear solo un algodón. Usar un disco para todo el rostro es insuficiente, ya que al menos necesitarás comprobar con un segundo disco que no quedan restos de maquillaje.

5- Utilizar cualquier desmaquillante. En función de tu tipo de piel y de tus necesidades, deberás elegir agua micelar para pieles grasas, leche limpiadora suave para pieles sensibles o un bálsamo desmaquillante para pieles secas que necesitan nutrición.

6- Utilizar el mismo producto para todo. No puedes utilizar en los ojos un desmaquillante facial que no haya sido testado oftalmológicamente, ni puedes aplicarte un desmaquillante bifásico específico para ojos y labios en todo el rostro.

7- Usar siempre toallitas desmaquillantes. Las toallitas de desmaquillar están bien para una urgencia o para un viaje, pero no para la rutina diaria. Suelen estar impregnadas con poco producto, por lo que es necesario hacer más presión para desmaquillar.

8- Desmaquillar la piel antes que los ojos. Empieza por limpiar las partes más maquilladas, como son los ojos y los labios, para seguir por el resto de la piel del rostro. Si lo haces al revés, lo único que conseguirás es volver a manchar la piel que ya tenías limpia.

9- Frotar los ojos en círculos. Si intentas desmaquillarte los ojos frotando en círculos, lo único que harás es manchar todo el ojo mezclando el rimel con la sombra. Utiliza dos algodones distintos, uno para la zona de las pestañas y otro para el párpado, y deslízalos suavemente por ambas zonas.

Una mujer sujeta un disco con restos de lápiz de ojos. Freepik

10- Usar el desmaquillante sobre la piel húmeda. Si utilizas el producto sobre la piel humedecida perderá eficacia, ya que será aclarado antes de que pueda atrapar el maquillaje. Aplícalo sobre la piel seca y después acláralo con agua limpia para retirar toda la suciedad.

11- No aclarar el agua micelar. El agua micelar elimina toda la grasa, incluido el sebo que nuestra piel necesita. Para evitarlo, tras usar este producto aclara la piel para que esta pueda conservar la humedad.

12- No aplicar tónico. Tras desmaquillar y lavar la cara debes aplicarte el tónico para acabar de retirar todos los restos de suciedad que puedan quedar en la piel. Además, su función es reequilibrar el pH de la piel, una función que por sí misma tardaría horas y que es necesaria antes de aplicar la crema hidratante.

13- Pensar que el maquillaje desaparece con las horas. No es cierto que el maquillaje desaparezca por arte de magia. Hay que desmaquillarse siempre, puesto que si no lo haces no dejarás que la grasa salga de tu piel de manera natural. Esta necesita ser expulsada para eliminar la suciedad a través de los poros y si no lo hace puede surgir el acné o una infección en la piel.

Concienciarte de la enorme importancia que tiene desmaquillarte hará que incorpores este hábito, prácticamente sin esfuerzo, a tus rutinas de belleza. No olvides que la piel del rostro es muy sensible, lo que la hace merecedora de un exquisito cuidado.