El navarro Mikel Nieve (Leitza, 26/05/1984) ha anunciado esta semana su retirada del ciclismo profesional tras quince años pedaleando en la élite. Ganador de tres etapas del Giro (y un Premio de la Montaña), una de la Vuelta y otra del Critérium du Dauphiné; el escalador de 38 años ha sido un gregario de lujo de estrellas como Chris Froome, con el que compartió equipo y lo impulsó para que el británico ganara tres Tour.

Vuelta 2010: victoria en Cotobello.

Vuelta 2010: victoria en Cotobello.

Habiendo pasado por seis equipos como profesional (Orbea-Oreka, Euskaltel-Euskadi, Sky, Mitchelton y Caja Rural), el leitzarra ha decidido retirarse en el equipo con el que compitió como aficionado y “disfrutar de las pequeñas cosas de las que te priva el ciclismo”.

Giro 2018: victoria en Breuil-Cervinia.

Giro 2018: victoria en Breuil-Cervinia.

¿Cómo ha sido esta última temporada con el Caja Rural, el equipo en el que prácticamente empezó?

–Una temporada algo difícil para mí. El tema del covid me ha pillado en plena carrera y justo cuando tenía que estar bien. Por una cosa u otra siempre me ha tocado algo y no he rendido como me hubiera gustado, pero bueno, tampoco ha estado en mi mano y me quedo con lo hecho en todos los años que he estado en el ciclismo.

¿Cómo se gestó la decisión de la retirada?

–Poco a poco. Al final voy cumpliendo años como profesional, tengo 38 años y no me quedan muchos, entonces le he ido dando vueltas y he tomado esta decisión, que creo que es la correcta.

En estos momentos en los que vienen tantas memorias, ¿de quién se acuerda?

–De mucha gente y de muchos momentos. Han sido muchos años, muchas experiencias y me quedo con todo en general.

Ha sido un gregario de lujo muy destacado, ¿le habría gustado ser líder de equipo?

–No, al final ya sé cuál es mi sitio en el ciclismo y mis cualidades no son para ser un líder. Para ello tienes que andar más, ser más ganador y más rematador; yo no llego a eso. Tengo claro que he hecho lo máximo que he podido y tampoco he tenido ocasión de conseguir más, no por no ser líder, sino porque no doy para más.

¿Qué le ha dado más gozo, ganar etapas por su propio pie o ganar el Tour con Froome?

–Personalmente, una etapa la disfrutas más, pero lo otro también. Son momentos únicos muy bonitos que siempre se me quedarán en el recuerdo, tanto las victorias personales como llegar a París con Froome vestido de amarillo.

Si tuviese que elegir una palabra para calificar su carrera, ¿cuál sería?

–Constancia. He intentado siempre ser constante en mi trabajo y hacerlo lo mejor posible.

Giro 2011: victoria en Gardeccia (Val di Fassa).

Giro 2011: victoria en Gardeccia (Val di Fassa).

¿Hay algún periodo concreto en su carrera que recuerde con especial ilusión?

–Pienso que he tenido bastantes años que he estado a un nivel muy alto, no sabría destacar un año en concreto. Han sido varios años que he dado un nivel muy bueno y regular, cosa que ha sido una de mis virtudes. Todas mis victorias de etapas –que no han sido muchas–, han sido especiales. Si no eres muy ganador cuando lo consigues se aprecia mucho y todas me han hecho ilusión.

¿Y un momento menos bueno?

–Por circunstancias siempre han ocurrido cosas como caídas, enfermedades o periodos de alergias que me afectaban en el rendimiento. Hay momentos así todos los años, pero por suerte he podido darles la vuelta y hacerlo más o menos bien en cada temporada.

¿En qué ha cambiado el Mikel Nieve que comenzó en 2008 con el que se retira en 2022?

–En muchas cosas. En quince años tienes muchas experiencias con las que aprendes y evolucionas como persona. Me gustaría pensar que soy el mismo, pero al final progresas como persona.

Ha competido junto a muchos ciclistas de renombre, si le pregunto por un compañero ideal, ¿quién se le viene a la mente?

–Más de uno. En todos los equipos en los que he estado me he encontrado con buena gente, perfectos compañeros y un ambiente increíble; me llevo muy buen recuerdo de todos ellos.

¿Hay algún ciclista actual que le llame la atención especialmente?

–Muchos. Están Van Aert, Roglic, etc. Hay una generación muy buena de ciclistas que están dando muy buen espectáculo. Ahora mismo el ciclismo es un deporte muy bonito para ver por la televisión.

Cuando anunció su retirada, ¿se pusieron en contacto con usted excompañeros o ciclistas de renombre?

–Sí, pero no solo ciclistas, también masajistas y mecánicos de equipo que llevaba tiempo sin tener contacto con ellos. Muchísima gente con la que no he hablado en muchos años ha hablado conmigo y la verdad es que se agradece.

Hay quienes comentan que no hay relevo en el ciclismo español, ¿qué cree usted?

–Es cuestión de épocas, no siempre puedes tener al mejor ciclista del mundo. El ciclismo es un deporte global y es difícil destacar, hay que ser realistas. Yo creo que los jóvenes vienen pegando fuerte, en unos años saldrá otro, es cuestión de tiempo.

¿En qué se diferencia el ciclismo de hace quince años con el de ahora?

–En la profesionalización. En la preparación y en la nutrición se ha avanzado mucho y ahora todo es más personalizado y se empeiza a trabajar desde más joven y se saca la mejor versión mucho antes.

¿Tiene algún proyecto de cara al futuro?

–No, la verdad es que no. Es una decisión que he tomado para estar algo más tranquilo y disfrutar de la familia y de las pequeñas cosas de las que te priva el ciclismo.

¿Qué ha significado para usted el ciclismo?

–No ha significado todo en mi vida. El ciclismo ha sido una parte importante de mi vida, pero ha sido una parte, una etapa que ha pasado. Me ha dado buenas experiencias, he disfrutado y he aprendido muchísimo, pero ahora la vida sigue y estoy con ganas de hacer otras cosas.