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El chiste de Amy

El chiste de Amy

AUNQUE ya lo habían hecho con Michael Jackson, la noticia de que dos cómicos brasileños se colaran en el funeral de Amy Winehouse sigue dando un poco de grima. Bien es cierto que el humor negro tiene su punto amargo y macabro. Y también que uno de los chistes más recurrentes en las sobremesas distendidas es el de los muertos. Resulta que la pareja compuesta por Daniel Zukerman y André Machado entraron al funeral saltándose todos los controles. Iban tocados del kipá, ese gorrito que se ponen los judíos para taparse la tonsura, y pusieron la cara de aflicción que, vista ahora, resulta un punto insultante.

Seguramente la gracia recorrerá el mundo a fuerza de saltar por todas y cada una de las redes sociales, además de las televisiones. Y contribuirá, como si hiciera falta, a que los controles en los actos que puedan permitírselo sean más exhaustivos y en todos los órdenes de la vida. Hacer espectáculo con el material ingrato de un funeral puede que sea como traspasar una frontera. Vale que es Amy, y que esta chica era carne de cañón para muchos, que sólo veían en ella la drogadicta y ocultaban la grandeza de su figura como cantante. Pero imagínense que entre los cargamentos y equipos que esta semana están llegando a Somalia se cuelen algunos cómicos con el propósito de que los graben al lado de los niños muertos de hambre. Da miedo, aunque si esa fuera la manera de llamar la atención de todo el mundo sobre ese problema quizá estuviera justificado. También es cierto que apenas hay imágenes de la tragedia somalí, como si desde la tele no quisieran interferir en este periodo de fiesta y pringado de crema solar. Es posible que Amy Winehouse se esté riendo de la gracia de estos cachondos brasileños. pero mucho me temo que "no, no, no".