¿Qué clase de persona es quien carece de imaginación? Alguien así sería como un canal de televisión sin ficción propia. O como un país sin historias. Para alcanzar esa dimensión se necesita invertir en talento con horizonte de rentabilidad. Es lo que le falta a EITB en su oferta de series de creación propia. Y no, no vale solo con apoyar el cine. Sintiendo esta carencia, ha emprendido la experiencia de Desaparecido/Desagertuta, con la participación de Netflix y el crédito de Elkargi, incluso con publicidad emplazada, muy forzada. Todo parece indicar que, por guion, producción, reparto y respuesta del público, ha sido un acierto.

Desaparecido/Desagertuta, de ocho episodios, tiene un excelente libreto, escrito por Xabi Zabaleta y Marta Grau, que posee la capacidad hipnótica del misterio, sencillamente porque Jon, uno de los siete miembros de una cuadrilla de adolescentes, ha desaparecido en el monte. Ocurre en Euskadi y en una localidad interior, como podría ser cualquier otra, verde y trabajadora, vitalista y de muy vasca emocionalidad. Como hay pocas cosas que provoquen más angustia que una desaparición, nos sentimos atrapados por lo que sucede y por los silencios. ¡Ay, el silencio mata!

Vemos a algunos de nuestros mejores actores: Itziar Atienza, como inspectora de la Ertzaintza; Gorka Otxoa, como padre desesperado, y también a la cantante Leire Martínez. Hemos conocido lo que nunca: su estreno mundial en la plataforma Primeran. Y un doble rodaje, en euskera y castellano, opción poco eficiente, pues duplica tiempo y recursos, pero preserva el valor de cada idioma sin relegarlo a subtítulos. Este es el audaz modelo de ficción que necesita ETB para completar la realidad de Euskadi.