Síguenos en redes sociales:

Si te arrojas por la tele desesperado acabas en el cotilleo

"Que la tele es un mundo propio no lo duda nadie. La realidad ha logrado que sea como la boca abierta de una ballena. El miedo, que ha sido siempre el factor más influyente en la organización social, ha dejado frente a la tele a una proporción enorme de gente. A los niños se les ha negado la calle y carecen de estímulos fuera de pantalla. La televisión se consume en busca de la pasividad sedante o se prende como quien recurre a la cafeína, para animar el muermo. Las encuestas, siempre parciales, dicen que cada vez se consume más televisión, pero nadie sabe lo que anda haciendo la gente mientras la tele está puesta. Cuando algo verdadero se cuela en la televisión es casi traumático".