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Práctica abusiva y Matías querido

Práctica abusiva y Matías querido

la financiación de las emisoras privadas de televisión a base de emitir anuncios comerciales ha desarrollado una práctica que como menos se puede tachar de abusiva. Los sistemas técnicos de las cadenas tienen programado que cuando aparezca la cortinilla que da paso a la publicidad, el volumen de emisión suba de decibelios no vaya a ser que los televidentes hayan quedado dormidos y traspuestos por el programita de marras y no se vayan a enterar de lo más importante de la emisión, el tiempo de la publicidad en forma de suculentos spots donde audio y video deben apoyar la necesidad imperiosa de desarrollar la necesidad de comprar el producto anunciado. El CAC catalán ha ordenado la corrección de esta malsana práctica para la salud de los espectadores y se ha formalizado un código de autorregulación para acabar con esta triquiñuela y así se podrá perseguir las desviaciones que incumplan el acuerdo. La medida debiera extenderse al conjunto de las teles. La actividad televisiva genera una magnífica ristra de premios, galardones y reconocimientos que en la mayoría de los casos responden a intereses de promoción y marketing de los organizadores. Tele 5 se ha quejado amargamente de la designación por sexto año consecutivo de Matías Prats como presentador mejor valorado que según GECA es el elegido por los televidentes por su estilo sobrio, quehacer riguroso y amable presencia ante cámaras. Miembro de una conocida saga de periodistas, Prats hace de la moderación y la empatía fácil con el espectador claves de su éxito a lo largo de los últimos catorce años en la misma cadena. La competencia se queja de trato favorable y represalia por no abonar el estudio GECA, lo que no deja de ser ejercicio de ver paja en ojo ajeno y no tronco en el propio. Es el cinismo de las empresas del negocio que lo quieren todo y a la vez.