pamplona. El compositor de Lesaka Pascual Aldave se convirtió ayer en el primero en recibir la Medalla de Oro del Conservatorio Superior de Música de Navarra, entidad que dirigió entre los años 1973 y 1984, mucho antes de la separación del centro en grado medio y grado superior. La entrega tuvo lugar en un acto al que asistieron el presidente Miguel Sanz y el consejero de Educación, Alberto Catalán, y que también premió la labor de personas e instituciones de la Comunidad Foral que se han destacado por su apoyo a la música. Además, se rindió homenaje a Miguel Ángel Otaegui, catedrático de Piano durante 36 años, con motivo de su jubilación.

El acto central de la Semana de Santa Cecilia fue, pues, muy completo y, como no podía ser de otro modo, contó con varias intervenciones musicales. En el auditorio pudo verse, asimismo, a una nutrida delegación del sector musical de Navarra, así como a representantes de ambas universidades y de otras entidades culturales. En el capítulo de las intervenciones, la primera en tomar la palabra fue la directora del Conservatorio Superior de Navarra, Carmen Arbizu, para quien la celebración de ayer adquiere un significado especial por cuanto el centro se enfrenta a "un año histórico". Por varios motivos. El primero, porque entrega por primera vez su Medalla de Oro a un hombre, Pascual Aldave, al que "es un orgullo agradecerle todo el ímpetu con el que desarrolló su trabajo aquí". "Construyó los cimientos de toda una generación y su empeño hizo que este centro fuera conocido en todo el país", apuntó Arbizu, que también tuvo palabras para Miguel Ángel Otaegui y para los receptores de los premios con los que el Conservatorio ha querido distinguir por su "colaboración e implicación con la música", casos de la profesora Maite Ascunce, el pianista Fermín Bernetxea, el barítono Iñaki Fresán, Los Iruñako y el ex alumno y, en su tiempo, representante de los estudiantes, Iñigo Osés.

Durante su discurso, Arbizu insistió en que este curso será determinante, por cuanto recientemente se ha colocado la primera piedra de la Ciudad de la Música, pero, sobre todo, por la aprobación hace poco del decreto que establece la ordenación de las enseñanzas artísticas superiores. Esto, que equiparará en derechos y posibilidades a los graduados en el Conservatorio con el resto de universitarios, abre la puerta, asimismo, al desarrollo de posgrados, másteres y doctorados, dentro del marco del Espacio Educativo Superior Europeo. En este punto, la directora señaló que es momento de que todos, conservatorio, Gobierno foral y otras instituciones se impliquen para regular esta nueva situación cuanto antes y con los mejores resultados posibles y para que, según las directrices europeas, el Conservatorio sea "una institución sólida, financiada adecuadamente y autónoma".

un centro de todos La directora invitó a las autoridades a conocer la labor del Conservatorio, "que es de todos"; un centro, en el que, según dijo, "hemos sabido mantenernos y consolidar la enseñanza musical superior en Navarra, a pesar de haber vivido muchos años en crisis". Asimismo, recordó al anterior consejero de Educación, Carlos Pérez Nievas, "que mostró mucho apoyo y comprensión hacia las enseñanzas artísticas", y dijo estar "segura" de que Catalán seguirá el mismo camino; palabras que provocaron un notable murmullo en toda la sala.

Por su parte, Miguel Sanz coincidió con ella en que éste es un momento "importante e interesante" para las enseñanzas musicales y defendió el apoyo del Ejecutivo a este ámbito, con la construcción de numerosas escuelas de música y con la Ciudad de la Música en un horizonte cercano. Y felicitó a Pascual Aldave "por su fecunda carrera de composición y docencia".