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Txarrena: como gatos de 'tejao' en tejao'

la han calificado de súper banda, y asumiendo el riesgo que conlleva esta afirmación, la realidad es que Brigi (batería), flako (bajo y coros), txus (guitarra) y el drogas (voz, guitarra y armónica) conforman un cuarteto de auténtico lujo, sin imposturas, sin edulcorantes, rocanrol sudando por todos los poros del cuerpo. y es que el demonio los cría y ellos solitos se juntan

Txarrena: como gatos de 'tejao' en tejao'

Realmente no hace falta hacer preguntas, solo aportarpequeños apuntes sobre los que Enrique Villarreal toma pie para poneren orden las ideas, las canciones, los tiempos y los hechos que handado lugar a esta nueva etapa de Txarrena.

-Tras la edición en 1992 del primer disco de Txarrena, el grupo, integrado en su primera época por Chema Arteta (guitarra), Jose Landa (batería), Piti (bajo) y Juanjo Ojeta (guitarra), dio nueve conciertos y desapareció. Muchos pensarán que la siguiente aventura en solitario de El Drogas fue La Venganza de la Abuela, pero entre medio hubo un trío llamado Txarrada que, entre otras, ya tocó en directo desapareció. Azulejo Frío

-La historia de Txarrada nació porque quería juntarme con gente, de manera liviana, para pasar el rato, musicalmente hablando. Aquello fue hace más o menos ocho años; y me junté con Jose (batería) y con Juanjo (guitarra), dos de los componentes de la banda que grabó conmigo el primer disco. La idea era pasar el rato y tocar por los bares. Ya para entonces tenía alguna de las canciones que hemos grabado ahora. Con el primer álbum, me quedé un poco atravesado porque no se llevó al directo tanto como a mí me hubiese gustado... El nombre de Txarrada sale como referencia a Txarrena, pero mezclado con el rollo de trío... El caso es que la vida te lleva por un sitio y por otro, y aquello se terminó; pero la idea de tener una historia liviana continuaba en la cabeza.

-Un historia que tuvo su siguiente paso en el décimo aniversario del certamen pop rock Villa de San Adrián.

-Para aquella fiesta me junté con el Brigi (batería), Flako (bajo), Alfredo (guitarra) e Iker (guitarra) para hacer algunas versiones (The Clash, Slade...). Aquella fue una experiencia muy bonita en la que, además, me picó el mosquito con el rollo del Brigi. Yo al Brigi lo conozco desde que tocaba la batería en la Bunker Band, y me apetecía tocar con él, aunque sin saber muy bien de qué manera. Así que, en cuanto tuve la primera oportunidad, le di el toque. El Flako también estuvo en aquella experiencia de versiones y yo también tenía claro que quería tocar con él... Si un director tuviese que coger a alguien para que en una película de dos horas apareciera solo dos segundos dejando claro cuál es el arquetipo de rockero, ese sería el Flako. De la misma manera que daría el perfil perfecto si el protagonista de la peli fuera un rockanrolero. Y dentro de este maremágnum, la guinda a toda esta historia ha sido Txus. Un día fui a ver a Martika (Marta Rekalde) y salió Txus de invitao a tocar una canción... Y tuve un poco la misma sensación que cuando vi al Boni tocando en el rastro (con Némesis, antes de formar Barricada). Con una puñetera canción me dejó flipao su manera de tocar la guitarra, no es cuestión de análisis sino más bien de sensaciones. Así que también me decidí a darle el toque, sabiendo que tocaba con el Flako en La Lengua de Trapo, aunque pensaba que igual me daba una patada en el culo por abuelo. El caso es que me dijo que sí y, desde el primer ensayo, me di cuenta de que no me habían engañado las sensaciones que había tenido con él. Y así arrancó la historia, siempre con la idea en la cabeza de no comenzar de cero, con un nombre nuevo, sino arrancar con el repertorio del primer disco de Txarrena como base, algo que a mí me daba mucha comodidad porque, a la vez, estaba metido en un proyecto enorme y muy denso (La tierra está sorda).

-Podemos decir que así se forja la banda, pero, en lo que respecta a canciones, también jugó un papel importante ese disco "casero" al que denominaste "Nanas para aburrir vacas".

-En este disco ya estaban canciones como Azulejo frío, Salvaje mirar, Con tu piel, Algunas cosas por terminar o En otros rincones, un tema que estuvo a punto de grabarse con La Venganza de la Abuela pero que, debido a la temática de la canción, que no iba con el concepto de aquel trabajo, se quedó fuera. Este álbum recoge una serie de canciones de ésas que a mí me gusta tener para manosear; de hecho, de alguno de estos temas tengo hasta siete versiones. La idea del disco surge un poco tontamente cuando me doy cuenta de que tengo un montoncico de canciones compuestas con guitarra acústica, con mi voz y con la de la cría, que me echa cables. Digamos que mi forma de tocar estos temas podría definirse como naïf, no por el estilo concreto sino porque es algo incomprensible hasta por mí mismo... No sé cómo se puede tocar tan mal la guitarra y cantar tan mal y que, precisamente por la tensión que todo esto genera, te acabe gustando un resultado que nunca acaba de llegar al punto de afinación que deben tener las canciones. El caso es que el asunto acústico yo siempre lo he definido como aburrevacas, y de ahí nace lo de Nanas para aburrir vacas, un disco que formaba parte de un proyecto más amplio, en el que también entraba la edición de todos mis escritos... Y es que ya tengo ganas de tirarlos todos de la mesa para poder empezar de cero (risas).

-DigamosNanas para aburrir vacas

-Cuando empiezo a escribir las historias de EVA Zanroi ya había leído bastante poesía, pero decidí fijarme especialmente en la escritura de las mujeres... Algo que puede parecer estúpido porque la escritura, si la miramos de manera matemática, no tiene sexo. Pero lo que yo quería era encontrar esa sensibilidad que pueden tener las mujeres a la hora de escribir... Generalizar define la ignorancia de la persona que generaliza sobre el tema generalizado pero para resumir la historia creo que vale... El caso es que me puse un seudónimo de mujer para intentar acercarme a esa parte femenina que podemos tener todos; personalidad que me embauca a la hora de hacer esos escritos en concreto, ya que, a la vez, estaba haciendo otros dos: uno bajo el título de El ojo de la aguja (recopilatorio de columnas publicadas en Gara) y otro denominado Rincón oscuro, una serie de diez relatos en los que utilizo composiciones poéticas como el acróstico, una técnica que pillé de una lectura de Edgar Allan Poe. Y, finalmente, en lo que a escritos se refiere, la historia se completa con una especie de haikus para críos.

-Teniendo en cuenta todo esto y que, además, muchos de los ensayos han coincidido bien con el 25º aniversario de Barricada, bien con La tierra esta sorda

-Qué va, la verdad es que era una gozada llegar al local con una canción acústica y ver después como salía de allí... Es la manera que a mí me gusta para currar. Y, además, si con cualquier persona puedes destrozar una canción, con el Brigi ya es... Puede salir la cosa por cualquier lado, pero casi siempre a mejor porque es una pasada la intuición que tiene tanto a la hora de los arreglos de guitarra, como de la estructura de las canciones... El punto que le acaba dando a las historias es alucinante. Y, por otra parte, no sólo las canciones sufrieron este torbellino, sino que, al darme cuenta enseguida de que Txarrena ya es una banda preparada para hacer directos, la idea inicial que yo tenía de editar y publicar conjuntamente todo el material me cambia radicalmente, porque lo que se impone es la grabación del disco y una gira en la que queremos tocar este año todo lo que se pueda.

-Y, sobrevolando por encima de todo, ¿está el hecho de que Txarrena para El Drogas es desahogo, libertad, comodidad...?

-Sí, por eso digo que para mí es importante entender términos como liviano o comodidad mental. Yo no soy de los que les gusta repetir proyectos, vinculados con un mismo nombre, pero esta vez sí me ha empujado el haber estado metido en una temática tan densa como la Guerra Civil y todo el trabajo de Barricada en cuatro años que, para mí, han sido intensísimos hasta el punto de que, aunque siempre me implico en todas las historias que hago, esta vez ha sido algo que me ha pillado y que ha ido más allá de lo musical. La tierra está sorda, desde mi fuero interno, creo que, artísticamente, será muy difícil de superar. Por todo esto, creo que me hacía falta volver en cierta manera al rock and roll sin más; aunque seguro que ahora dicen, como ya pasó con el primero, que son las canciones que ha rechazado Barricada... En el disco de Txarrena se reflejan más mis gustos musicales que en los últimos trabajos de Barricada.

-Hablando de estilo musical, las canciones entroncan en su mayoría dentro de lo que podíamos denominar como rock clásico, pero se descubren matices británicos e incluso indies.

-Esos matices es lo que aporta destrozar las canciones con la banda. Las canciones toman una uniformidad musical gracias a la gente con la que tocas, y eso es lo bonito de estas historias... Yo, cuando llevo las canciones, doy los acordes y la melodía, y a partir de ese momento se trabajan los arreglos hasta el punto de que, al final, no tiene casi nada que ver con lo que había compuesto al principio.

-Dicho todo esto, parece claro que Txarrena no es un proyecto con fecha de caducidad...

-No lo sé. Por la edad que tengo no me puedo plantear nada a largo plazo. Lo que intento es disfrutar cada paso que doy, así que ojalá nos saliesen 40 bolos este año. Lo que llegue después, tampoco lo sé, depende de lo que venga por la cabeza. Lo que sí puedo decir es que no me gusta dar las cosas por cerradas, sobre todo si he estado a gusto con la gente. Yo lo que quiero es disfrutar Txarrena este año ya que uno de mis mayores defectos ahora mismo es la ansiedad que me crea la edad que tengo por estar con unos y con otros... Me da la sensación de que no me va a dar tiempo, y probablemente así sea, para hacer todo lo que quiero. n