pamplona. El sonido del clavecín mostrará hoy toda su riqueza al público navarro en un recital "tan inusual como exquisito", según sus impulsores. El Ateneo Navarro-Nafar Ateneoa y el Ayuntamiento de Berrioplano organizan esta cita extraordinaria que sorprenderá a más de uno, y recuperará la mejor música barroca en pleno siglo XXI.

Y además, a cargo de dos maestros del clave, Johan Hofmann y su discípulo navarro Eloy Orzaiz, quien lleva ya casi cuatro años aprendiendo y perfeccionando la complicada y exigente técnica del instrumento con el intérprete holandés. Aprovechando la visita de éste a Navarra, surgió la idea de acercar al público el sonido del clavecín, y de esta manera nace el concierto que disfrutarán hoy, a las 20.00 horas, quienes acudan a la Parroquia de la Purificación de Berrioplano. El instrumento, cuyo transporte es muy complicado dadas sus dimensiones y su delicadeza, lo cede para la ocasión el departamento de Cultura del Gobierno de Navarra. Hofmann y Orzaiz lo harán sonar cada uno por separado y a cuatro manos, a lo largo de un repertorio que se ha elegido "sabiendo que la gente aquí no está acostumbrada a escuchar recitales de clavecín", adelantaba ayer Eloy Orzaiz. "Más de uno se llevará una sorpresa, va a ser un concierto infrecuente, pero no por ello difícil de comprender; va a ser ameno y accesible", añadían los intérpretes. Maestro y discípulo demostrarán, como dijo Hofmann, "que el desnivel lógico que hay en un principio entre profesor y alumno, con una buena enseñanza se diluye. Este concierto es el ejemplo de que Eloy y yo estamos al mismo nivel y así podemos transmitírselo al público". Lo harán con piezas de Thomas Tomkins, L. Couperin, Johann Jakob Froberger, François Couperin, Bach y Mozart. Melodías barrocas que los intérpretes crearán desde el clave, el padre del piano pero cuyo sonido poco o nada tiene que ver con el de este instrumento. "Suena más metálico, más próximo al del instrumento de cuerda pulsada, como la mandolina, la bandurria o el laúd. Es muy especial", destaca la vocal de Música del Ateneo, Maite Mauleón. Para el concejal del Ayuntamiento de Berrioplano Josu Gulina, el concierto es "una invitación a abrir los sentidos y viajar hacia el pasado, sin perder de referencia el presente".

Johan Hofmann, a diferencia de las mayoría de clavecinistas, no se acercó al instrumento desde el piano o el órgano. Él era cantante, pero con 12 años descubrió el clave y le sedujo su peculiaridad. "Es muy difícil describir lo que te cautiva de un instrumento; en este caso, su sonido es muy especial. En general me atrae la música antigua, y la vinculación que tiene a la improvisación", dice el holandés. Precisamente Eloy Orzaiz llegó al clave desde su pasión por la música antigua, en la que ha podido desarrollarse y crecer en Holanda. "Allí hay muchísima tradición, en cada conservatorio hay su departamento de música antigua. Empecé con el piano, y hace ya 4 años que estoy con el clave, que está cogiendo mucho peso en mi carrera", dijo.