Raggamuffin jaia Concierto de Morodo
Fecha: Sábado, 22 de octubre. Lugar: Sala Movie, Aizoáin. Intérpretes: Rubén D. Morodo Ruiz, Morodo, a la voz; acompañado por Mad Sensi Band, formación integrada por Kuko, a las guitarras y a las percusiones; Bratt, a las guitarras; Eduard, al bajo; Barry, a los teclados; Arnaldo, a la batería, y Edna y Yoli, a los coros. Como telonero se contó con Donpa. Incidencias: Concierto enmarcado en la gira Rebel Action Tour 2011 y en los actos conmemorativos del 2º aniversario de Movie. Hora y 1/2 de duración. Buena entrada, cercana a los 2/3. Público mayoritariamente joven que se mostró muy participativo.
regreso Morodo a Iruñerria, y, tras años sembrando buenísimos vientos, lo hizo recogiendo nuevamente las tempestuosas y acostumbradas más que buenas vibraciones; tras años de sembrar cálidos vientos de componente reggae, ragga y hip hop como los que, plasmados en clave raggamuffin o dancehall, se dejaron sentir en la sala del polígono Iruregaña, local que lució una entrada totalmente a la altura de la ocasión.
La velada arrancó con la comparecencia de Donpa, MC y peón de brega de Morodo -en ocasiones- que, llevando la voz cantante en solitario, perfectamente respaldado por la Mad Sensi Band, ofreció cuatro composiciones concebidas a caballo entre la canción melódica latina comercial y el reggae; erigidas sobre una concepción del género jamaicano, si se nos permite el término, muy sonera. Verdaderamente cercana al son cubano. Y a continuación, tras tan fugaz entrante, tras una incandescente introducción instrumental, lo que el gentío estaba esperando: el comienzo de la rebel music party por excelencia, el concierto de Morodo.
Tras dejar oír su característico timbre desde la zona de camerinos, el citado, gorra y sudadera morada, y rastas hasta la cintura, compareció finalmente terminando de avivar las llamas encendidas por la banda con Más Yama -precisamente-, viejo tema cantado por un público en todo momento espoleado y motivado por el raggamuffer, quien, moviendo sus manos en el aire al uso de los indignados de Sol, prosiguió con Osama/Obama, incluido en su último CD, Rebel Action: hit, ofrecido por Morodo entre comentarios favorables a las revoluciones de corte popular? y tan críticos con EEUU -con las guerras por el control del petróleo de fondo- como clarividentes sobre el negocio global de la clase política mundial; hechos por un rastaman que no dudó en detener y cortar incluso de forma abrupta las interpretaciones con el fin de pedir continua y constantemente no ya ruido a los presentes (bulla, en su argot), sino auténtica entrega con forma de estruendo -poco menos-, a la vista de las veces que llevó a cabo tal proceder: durante toda la actuación, cita en la que, por otra parte, entre una efervescencia prácticamente total, se alternaron temas nuevos (Así no se puede, El Bwoy del plan) y más viejos (La yerba del rey, Yo me pregunto) a la perfección; con idéntica perfección con la que empastaron la voz principal y las de las coristas, grandes ambas, llevando el peso en temas como Babilonia -por ejemplo-, último en sonar. Último en hacerlo antes de los bises, pedidos de forma realmente masiva.
Informal, totalmente festivo y didáctico ("no queremos delincuencia en el reggae ni en el hip hop", he aquí cómo llegó a posicionarse al respecto a propósito de una de las interpretaciones), así fue el concierto de Morodo, quien incendió Movie con su presencia; así resultó la actuación de un artista que, recogiendo como mensaje a transmitir el espíritu contestatario del gueto y esparciéndolo eficazmente desde el escenario, no dejó frío a nadie con su presencia. Con su actitud, la de un madrileño de barrio que desde siempre apostó por el hip hop y la música jamaicana como personal estilo de vida, más que como influencia netamente musical. Una vez más, bien, sin dejar indiferente a su gente.