"No me siento reconocido por los actuales gestores de ETB, reivindico un poco de cariño"
Todavía se acuerda de cuando entró al plató el primer día de rodaje de 'Goenkale' en 1994. "Ese olor a decorado me fascinó, es peculiar". A lo largo de estos años, su personaje, Koldo, ha sido alcalde de Arralde, se casó, se separó, tiene una hija adoptiva y ahora dirige un hotel
PAMPLONA.Este actor vizcaino llegó a la serie más longeva del Estado procedente del teatro amateur. No tenía experiencia televisiva, pero dieciocho años después es el único componente del reparto original que sigue en esta producción que cambió la forma de trabajar en ETB.
¿No está ya súper harto de entrevistas? Son más de 17 años hablando de 'Goenkale'...
Qué va, estoy encantado porque eso quiere decir primero que estoy trabajando y segundo, que es en algo que me gusta y he elegido yo. Además, esta profesión me ha permitido hacer otras cosas.
¿Es usted es el único 'superviviente' del reparto original?
Del elenco de actores sí. Luego está el responsable de atrezzo, que comparte conmigo esa categoría. De aquel primer casting soy el único superviviente, aunque ha habido varios paréntesis en los que he estado fuera de la serie, como cuando estuve en prensa de Adegi y en la serie Policías de Antena 3.
¿Recuerda cómo se inició este camino en 1994?
Era junio, volvía de la playa de Karraspio con un amigo y estábamos en un bar. Una amiga común, compañera del grupo de teatro en el que estábamos, nos comentó que había un casting. Yo me presenté, hubo dos pruebas más y así llegué.
¿Igual pensaba que era un trabajillo para unos meses?
En principio todos pensábamos que no iba a ir para largo. Yo acababa de terminar Periodismo y de volver de Estados Unidos. Con 25 años tienes un horizonte súper amplio y si Goenkale no hubiera seguido, me habría embarcado en otro proyecto, quizás de la interpretación o tal vez del periodismo.
En la historia de ETB, 'Goenkale' fue un hito. Cambió la forma de trabajar...
Sí; se trajo de Gales un nuevo sistema de producción, otra forma de hacer televisión. Todos nos tuvimos que amoldar a aquel engranaje. Al fin y al cabo nosotros somos obreros de la interpretación, desde los técnicos a los actores.
En 1994, ¿se podía imaginar la duración de esta producción y su éxito entre los euskaldunes?
Goenkale fue un fenómeno sociológico y ha sido analizado como tal. Realmente causó furor entre los televidentes euskaldunes. Hablan de fenómeno sociológico porque la audiencia se sintió atraída por las historias que contábamos, por los personajes, por el euskera que utilizábamos, que por primera vez era diferente al que se usaba en ETB. Hasta llegar Goenkale, en general el euskera utilizado por los medios de comunicación vascos era más el batua y esta fue la primera serie que apostó por la inclusión de los diferentes dialectos que hay en el País Vasco. Todos estos elementos metidos en la misma cazuela marcaron un hito en la historia de Euskal Telebista.
¿Impone mucho llegar al plató de un fenómeno sociológico o para usted ya es una rutina?
Me sigue imponiendo igual. Tengo mayor seguridad que cuando empecé, pero hay momentos en los que el corazón se me pone a cien. Si lo que estás haciendo realmente te importa, siempre tiene que haber un punto de nerviosismo.
¿Cómo era el personaje de Koldo en el origen de la serie?
Estaba en las antípodas de lo que es actualmente. Era un tío bastante prepotente, egoísta, un trepa, trabajaba en la Diputación, arrasaba con todo... no era muy querido. Ahora es más normal, más humano.
¿Era uno de los malos?
El personaje malo por antonomasia lo encarnaba Kontxu Odriozola, que era María Luisa. Koldo no gozaba de la simpatía del público, más bien rechazo. No lo hicieron para ser querido por parte de la audiencia, pero tanto como malo...
Usted terminó Magisterio y ha empezado a dar clase...
Acabé de estudiar hace dos años y tenía ganas de indagar lo que había dentro de mí. Saber qué más podía hacer y si me gustaba o no... Tenía ganas de descubrirme más a mí mismo. Surgió la oportunidad y la he aprovechado. Estoy disfrutando más de lo que me imaginaba.
¿Ha descubierto que la enseñanza es más dura que la interpretación?
Hay semejanzas y diferencias. En la tele estoy entregado al público y en el cole a mis alumnos. Son profesiones totalmente diferentes. ¿Por qué voy a decantarme por ser una sola cosa en la vida?
¿Suele pensar cómo va a evolucionar su personaje? ¿Hace sugerencias a los guionistas?
Zapatero a tus zapatos. Estoy seguro de que he estado aquí 18 años porque el público ha confiado en mí y le ha gustado lo que hago. Si no, no estaría donde estoy. A partir de ahora, no sé. Que decida el destino. Yo no voy a dar ninguna idea y no me he parado a pensar porque tengo tantas cosas que hacer... Cuatro días a la semana doy clases en Primaria, los sábados doy clases de interpretación a chavales, también voy a mejorar el Inglés a la Escuela de Idiomas, además tengo dos hijos. No tengo tiempo literal para pensar en el futuro de Koldo.
Si fuera por usted, ¿seguiría otros 18 años?
Sí, seguiría a gusto en la tele si me lo proponen y si llegara a un acuerdo con los responsables de la productora y de la tele. No tengo miedo a que me encasillen ni a esas tonterías. Lo que sí reivindicaría es un mayor reconocimiento de la actual dirección de ETB por la labor que estamos haciendo. No sé hasta qué punto reconocen nuestro trabajo.
¿Qué quiere decir?
Que con los anteriores gestores, como José Mari Otermin o Bingen Zupiria, había un trato más de tú a tú, alentador; ahora esa relación es más distante. Así como me siento reconocido claramente por el público, por el dato objetivo de que llevamos 18 años en antena, no me siento reconocido ni alentado por los actuales gestores de la tele.
¿Echa en falta un poco de cariño?
Sí, esa es la palabra. Reivindico un poquito de cariño y de mimo. Igual en todas partes es así... es el trabajo que tienes que hacer, hay una audiencia que debes conseguir o te vas al paro y ya está, no hay más. Pero no sé, antes me sentía más alentado, más mimado. Ahora no me siento ni tan mimado ni tan querido. No pido nada extraño. Es lo que siento que me falta.
¿Hay algún proyecto capaz de hacerle cerrar la etapa de 'Goenkale'?
Igual sí. Si me ofrecieran un trabajo a jornada completa en un colegio igual dejaba la interpretación.
¿Sería una decisión difícil?
Sí, sería duro porque son 18 años y tendría que dejar atrás a mucha gente que quiero, una dinámica que conozco y en la que me siento cómodo... Para mí sería un fin de ciclo de vida, por eso en parte estoy preparando ya el relevo dando clase.
Si se produce, ¿ha pensado cómo le gustaría que fuera la salida de su personaje?
Como entré, sin mucho bombo y platillo, sin un final muy rocambolesco.
Pueden nombrar a Koldo director de un hotel en Panamá...
(Se ríe) Eso estaría bien.
Por 'Goenkale' han pasado actores vascos como Bárbara Goenaga, Miren Ibarguren o Gorka Otxoa. ¿Es mejor que ir a clases de interpretación?
Siempre se ha dicho que es una escuela, y es verdad. Yo cuando entré era un actor de teatro novato y tuve la posibilidad de aprender al amparo de Kontxu Odriozola, Mikel Garmendia, Loli Astoreka,... los profesionales vascos más punteros.
Usted llegó a la interpretación porque en el periodismo no había trabajo. ¿Cómo ve la situación actual de esa profesión?
No entiendo cómo hay tantos periodistas en paro y tanto charlatán ganando tanta pasta en los medios de comunicación, y sobre todo en la televisión, pero es así.