El realismo ambiguo de Juanjo Lazcano se muestra en la Ciudadela

pamplona. Bajo el doble título de La penumbra detenida y Miscelánea, la muestra recorre la obra del artista a través de 32 obras que se exhiben en dos partes diferenciadas. Cada cuadro es en sí mismo una historia, un mundo de posibles preguntas y reflexiones. Y aunque a veces no lo parezca, todos han salido de una misma mano: la de un pintor que mira a su entorno con curiosidad y que despierta también curiosidad en el espectador.

La exposición, visitable en la planta baja del Pabellón de Mixtos hasta el 11 de marzo, da la bienvenida al visitante por la parte titulada La penumbra detenida. Un recorrido pictórico inspirado en fotografías -muchas de ellas antiguas, de los años 50- en el que las figuras y los bodegones -y en ocasiones unas y otros juntos en un mismo cuadro- son protagonistas. El espectador tiene ante sí evocadoras escenas de marcado aire cinematográfico en las que más importante que lo que se muestra es aquello a lo que se apunta. "Me gusta dejar siempre algo abierto en mis cuadros que haga pensar, para que el espectador lo complete", dice Juanjo Lazcano. La imaginación del pintor se activó en su día, mirando las fotografías de las que saldrían luego estas obras, en las que ha inmortalizado desde a familiares cercanos como su madre o su tía hasta a personajes anónimos de fotografías periodísticas de los años 50. "Me interesa ese instante congelado por la fotografía, y lo que sugiere: ¿qué expectativas de vida tendría en esos momentos la gente que posa para el fotógrafo?", se pregunta el pintor mirando uno de sus cuadros. O simplemente, ante una escena de un accidente, la inevitable pregunta: ¿qué ha ocurrido? Y yendo más allá, ¿qué pasará? Así, asombrándose y haciéndose interrogantes, Lazcano compone los guiones de sus pinturas, "en los que casi siempre hay algo de ambigüedad", dice. En el caso de La penumbra detenida, las figuras resaltan sobre fondos dibujados y con poco color -en tonos tierra-, lo que les confiere un carácter entre contemporáneo y atemporal.

Miscelánea introduce el color a través de unos cuadros que lo mismo nos acercan a paisajes urbanos de Pamplona, a "iconos" del cine como Clint Eastwood o el robot de La guerra de las galaxias, o a bodegones de productos de la huerta. Estos últimos, cuenta el autor, "son los únicos cuadros que no están basados en fotografías". Los pintó del natural, "disfrutando" de ese quehacer en los talleres impartidos por el pintor Antonio López, uno de los maestros de Lazcano. Ambas partes de la exposición se inician con sendos autorretratos del autor, uno oscuro en el que aparece con los ojos cerrados, y otro luminoso, "más despierto". Su propia ambigüedad. La de todos.

Juanjo Lazcano se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona. Ha participado desde 2004 en diversas exposiciones colectivas en galerías de la ciudad, las últimas en 2001 en el Teatro Gayarre y en la Galería Ormolú. Su obra ha recibido varios premios, principalmente en certámenes de pintura al aire libre de Navarra. También fue seleccionado en la XII Bienal de Artes Plásticas Ciudad de Pamplona.