"Para mí, Pedro Crespo es el gran referente de hombre íntegro con un sentido de la justicia admirable"
pamplona. La gente quiere teatro. Así opina Joaquín Notario, que en cine ha participado en títulos como Soldados de Salamina o El séptimo día. Será que, en estos tiempos, "buscamos un contacto más directo", de ahí que muchas salas se llenen pese a la crisis y la sombra de los recortes.
¿Qué significa para un actor encarnar al protagonista de esta obra?
Es un papel soñado. Junto con La vida es sueño, Fuenteovejuna y El perro del hortelano, El alcalde de Zalamea es una de nuestras obras cumbre. Estas obras contienen nuestra raíz, nuestra historia y nuestra vida y es normal que nos identifiquemos con sus personajes.
¿Por eso es un texto que se ha representado tanto?
Sí, seguramente será de los más representados por el tipo de personaje que es Pedro Crespo y por los conflictos que aborda. Unos conflictos muy universales y, a la vez, muy cercanos para los ciudadanos.
Sin duda, aborda una historia que siempre está vigente, aunque tal vez más ahora en estos tiempos.
Sobre todo por el planteamiento tan serio que hace sobre la justicia. En la obra original se habla del conflicto que se plantea entre la justicia militar y la justicia del hombre de a pie, aunque hay un tema de fondo muy claro, que es el sentido de la justicia que tiene cualquier ciudadano a diario. Y es cierto que puede que ahora esta obra sea más oportuna que nunca. Para mí, y hablo como ciudadano, no como actor, Pedro Crespo es una referencia. En esta sociedad tan mediatizada en la que vivimos, lo material se impone muchas veces a la dignidad de las personas, y creo que Pedro Crespo es el gran referente de hombre íntegro que tiene un sentido de la justicia admirable.
¿El teatro es el espejo del mundo?
El teatro siempre es el gran espejo de la realidad. Un espejo en el que nos podemos ver reflejados para bien y para mal; para sentirnos contentos o para ver qué tenemos que mejorar.
¿Cómo ha creado a su Pedro Crespo, qué matices le ha dado?
Hemos buscado a ese hombre sencillo, a ese hombre normal que hay en cualquier pueblo al que salgamos ahora mismo. Un hombre que, si no ocurriese nada, sería una persona agradable, simpática, querida por todos, y que cuando llega la hora de la verdad, de enfrentarse a la injusticia, se convierte en un héroe.
¿Hay 'pedros crespos' ahora en España?
Por supuesto que sí. De hecho, yo he utilizado referencias de gente que conozco para construir el personaje. Hay muchos siglos de distancia entre el Pedro Crespo que escribió Calderón y el del siglo XXI que estamos haciendo ahora, pero he encontrado unos cuantos.
Quizá no tienen tanta visibilidad como otros personajes de la actualidad, pero están ahí.
Claro, hay demasiada publicidad y demasiadas luces de neón para que se pueda valorar a este tipo de gente. Nuestra sociedad nos pone demasiadas cortinas de humo delante para que no podamos valorar verdaderamente a la gente que merece la pena.
¿Qué destacaría de la puesta en escena que ha realizado el director?
Cuando hablé con él, me dijo que su apuesta era muy sencilla y directa, centrada en los actores y en la palabra de Calderón. Y creo que lo ha conseguido, porque el montaje es de una sencillez aplastante. Como acompañamiento hay una percusión y una viola de gamba maravillosas y el resto son los personajes apoyados por una iluminación fantástica.
Eduardo Vasco montó este espectáculo cuando era el director de la CNTC, ahora en manos de Helena Pimenta. Sea como fuere, y al margen de los problemas laborales que ha tenido recientemente, ¿lo importante es que exista una compañía que represente el repertorio clásico español?
La compañía ya es una institución con 25 años de vida. En su momento fue una gran apuesta por un lado como embajadora en otros países y, por otro, como testimonio de nuestro repertorio teatral. Y creo que esto se va manteniendo por fortuna por el empeño de los distintos directores que ha ido teniendo.
Esta semana es especial, ha habido una huelga general y el descontento social es palpable. Como trabajador, ¿qué opinión le merece esta reforma laboral impuesta por decreto?
Creo que la huelga era algo esperado. De hecho, el mismo Rajoy dijo que la reforma le iba a costar una huelga. Y el mundo del espectáculo también la ha contemplado, claro.
Como intérprete, le hemos visto en cine, televisión y teatro, del que habla con devoción.
Digamos que es el medio que más habitualmente habito, y lo disfruto muchísimo, me ha dado momentos de felicidad muy, muy grandes.