La Regenta y la regidora 'la regenta'

Versión y dramaturgia: Marina Bollaín y Vanessa Montfort. Dirección: Vanessa Montfort. Intérpretes: Mariona Ribas, Chiqui Fernández, David Luque, Alberto Vázquez, Paca López, Raúl Sanz, Ángel Savín. Lugar y fecha: Teatro Gayarre, 1/6/12.

EL comienzo de La Regenta dirigida por Marina Bollaín no podría ser más aclaratorio: una voz en off habla de la obra de Clarín en Wikipedia mientras, en penumbra, el personaje de Ana Ozores (Mariona Ribas) se desprende de su vestido decimonónico para revelar sus ropajes actuales. Esta coproducción de Come y Calla y Teatros del Canal ha pretendido traer a nuestros días el contenido de esta magna (en tamaño y en calidad) novela, minucioso estudio de las pasiones de unos personajes atrapados por las costumbres de su microcosmos provinciano. La cuestión es que, como advierte el programa, el provincianismo se ha hecho global a través de las redes sociales y la televisión, aunque no por ello ha perdido su querencia al comadreo y a la calumnia. Antes al contrario: las nuevas herramientas le facilitan el trabajo.

En este montaje, la Vetusta de Clarín se ha sustituido por un plató televisivo donde se reúnen los personajes para desnudar el alma de Ana Ozores; el idilio de esta con Mesía es carnaza para paparazzi; y las conversaciones/confesiones entre la Regenta y el Magistral Fermín de Pas (convertido en psicólogo autor de libros de autoayuda) se producen por Skype. Sí, probablemente habrá muchos que al leer estas transformaciones se rasguen las vestiduras y promulguen un anatema contra el atrevimiento. A mí no me parece mal. Es más, creo que está bien vista esa actualización del cotilleo y de la exhibición pública que se ejerce ahora a través de la televisión. No me incomoda tampoco que para que la idea funcione haya que perderle bastante respeto al texto original y considerarlo solo un punto de partida del que cortar lo que interese para adaptarlo al patrón que se ha decidido. La cuestión es hacerlo bien, y lo malo, me temo, es que el resultado no es todo lo satisfactorio que debería.

Hay buenas ideas que terminan por devorar aquello que pretendían construir. Cuestión de no dosificarlas en su justa medida, supongo. Me da la sensación de que la pretensión de reconstruir La Regenta a través de la telebasura termina por desequilibrar el relato. Es complicado saltar de una sátira televisiva a una historia sentimental y pretender que ambas suenen creíbles. Los personajes están deliberadamente virados hacia la caricatura o, al menos, hacia la exageración, y como elementos de una parodia funcionan bastante bien: la enérgica presentadora, el amigo gay de Ana Ozores, y hasta las apariciones de la regidora del programa aportan su granito de arena para envolverlo todo con un tono mordaz. Pero cuando pasamos a las intervenciones de la Regenta, a sus conversaciones a corazón abierto con Fermín de Pas, contrapunto emocional de lo anterior y, que no se nos olvide, verdadero motor narrativo de la historia, quedan como episodios superficiales que, a mí al menos, no me provocan la menor empatía. También porque el texto se ha recortado de tal manera que hay situaciones que no han tenido espacio para crecer. Me suenan forzadas la desesperación de Fermín de Pas, los celos de Paula, las confidencias de Quintanar a Mesía sobre su ausencia de deseo? Y las interpretaciones tampoco tienen mucha ocasión de brillar con unos personajes bastante planos. Bueno, al menos los más paródicos tienen una clave a la que agarrarse, aunque sea por la vía del exceso.