'TCM' estrena hoy 'Fear and Desire', la ópera prima de Stanley Kubrick
TRAS RODAR el filme con 23 años, después renegó de él e intentó quemar los negativos El futuro maestro quiso trazar una reflexión sobre la guerra de Corea, pero el resultado se le antojó "torpe y pretencioso"
madrid. Siempre ha existido debate sobre si realmente Kubrick hubiera estrenado tal cual llegó a los cines Eyes Wide Shut, su película póstuma, pero nunca existió discusión, en cambio, sobre su rechazo y boicot al que fue su debut, Fear and Desire, que hoy domingo estrenaTCM a las 22 horas.
No todos los genios se estrenan con una obra maestra. John Huston, con El halcón maltés, o Roman Polanski, con El cuchillo en el agua, son más bien excepciones, pues es más probable que la primera experiencia simplemente apunte maneras, como les sucedió a John Ford o Alfred Hitchcock todavía en el cine mudo o a Billy Wilder con El mayor y la menor.
"Un fallido ejercicio de cineasta aficionado. Una rareza completamente inepta, aburrida y pretenciosa" fue la descripción que Stanley Kubrick dedicó a su bautismo cinematográfico, hasta el punto de que intentó quemar los negativos.
Sin embargo, una en el archivo de seguridad de Kodak arruinó su intención de situar El beso del asesino, mucho más digna de su talento, como su debut oficial.
Corría el año 1994 cuando los archivos de seguridad de Kodak revelaron que tenían una copia de aquella película fantasma, protagonizada por Frank Silvera, Kenneth Harp, Steve Coit y Paul Mazursky. Kubrick salió del entuerto diciendo que era "como el dibujo de un niño en la nevera".
verano de 1951 Stanley Kubrick, uno de los genios más celebrados y maniáticos de la historia del cine, la había rodado en el verano de 1951. Con 23 años y con la guerra de Corea recién estallada, el futuro maestro quiso filmar una reflexión sobre el terrible bucle de la contienda.
El género bélico, que desarrollaría en dos de sus películas más conocidas (Senderos de gloria y La chaqueta metálica), le servía para poner a sus personajes al límite, enfrentándose con sus verdaderas naturalezas. Un teniente, un sargento y dos soldados, tras estrellarse su avión en territorio enemigo, buscarán sus propias reglas para sobrevivir.
Voces en off con monólogos filosóficos, referencias a La tempestad, de Shakespeare, y actores desempeñando varios personajes eran algunas de las vetas amateur que se colaron en este filme que primero iba a llamarse La trampa, luego La forma del miedo hasta que, finalmente, el distribuidor, Joseph Burstyn, sugirió que el título de Fear and Desire (Miedo y peligro).
Al considerarla años después indigna de su trayectoria, y definirla como "un esfuerzo torpe y pretencioso", tras la muerte del distribuidor persiguió hasta el último negativo de la película con el fin de evitar un bochorno que tampoco era para tanto, pues Fear and Desire, más allá de su valor para coleccionistas, contiene al menos un par de hallazgos narrativos y visuales.