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'Encierro': máxima tensión en 3D

la película dirigida por olivier van der zee y producida por enrique urdánoz llega mañana a las salas

'Encierro': máxima tensión en 3DFoto: cedida

CUATRO años, 32 encierros, cinco cámaras, horas y horas de grabación, decenas de derrotes, pisotones y golpes, algunas cornadas, cientos de carreras, una muerte... Son algunas de las cifras que ha barajado el documental Encierro, de Olivier van der Zee, que llega mañana a las salas con la intención de trasladar al espectador al recorrido que realizan los toros no solo a través de la tecnología 3D, que arroja imágenes espectaculares, sino también de un ritmo trepidante propio de las películas de acción.

El equipo del filme producido por el pamplonés Enrique Urdánoz desde su empresa D4D está entusiasmado con el éxito que están teniendo los pases de la película ante los medios de comunicación. "Nos están dedicando mucho espacio y los periodistas se quedan impactados después de verla", cuenta. Tanto es así que publicaciones especializadas de prestigio como Hollywood Report les ha hecho una crítica excelente y la proyección en el pasado Festival de Málaga no pudo ir mejor. De hecho, la repercusión de las previas ha provocado que la cinta vaya a estrenarse nada menos que en 26 salas 3D del Estado, compitiendo directamente con películas llegadas de la meca del cine. En Pamplona, además, entre el 7 y el 14 de julio se podrá ver casi cada hora en los cines Saide Carlos III, "y esperamos que se convierta en un evento más de las fiestas de este año", indica el productor, convencido de que el filme gustará tanto al público local como al de otras ciudades, ya que, de algún modo, Encierro trata de responder a una pregunta: ¿por qué hay gente que corre delante de los toros?

protagonistas Para tratar de dar respuesta a este interrogante, el documental incluye testimonios de un pastor, Miguel Reta, y de corredores que llevan décadas colocándose ante las astas cada día de los ocho que conforman estas fiestas anuales. Son los casos del madrileño Paco Sánchez Montero, el hernaniarra Julen Madina, el neoyorquino Joe Distler, el galés Noel Chandler y los pamploneses Javier Solano y Miguel Ángel Eguíluz, para el que tanto en esta película como en las calles, "los protagonistas no somos nosotros, sino los toros". Y en su opinión, ningún trabajo audiovisual "ha reflejado el encierro como lo hace este", ya que no solo se centra en la espectacularidad de las imágenes, sino que presenta la carrera como "el acto más serio y más peligroso de los Sanfermines", dando a conocer "en profundidad" la "esencia" y los "sentimientos que experimentamos quienes corremos", añade Eguíluz, contento de que esta cinta también tenga una lectura didáctica y "nos ayude a transmitir en qué consiste correr". Sin obviar el peligro, pero sin caer en el morbo.

En este sentido, el documental no evita hablar de los heridos y los muertos que ha causado el encierro desde los años 20. En el último caso, además, concreta la tragedia en la figura de Daniel Gimeno, que murió a causa de una cornada en el cuello del toro Capuchino en las fiestas de 2009, cuando el equipo empezó a grabar, de ahí que el testimonio de su padre, José Antonio, resulte tan emotivo. "Él se nos ofreció, fue muy amable y es impresionante ver cómo sigue queriendo la fiesta después de lo sucedido", señala Urdánoz. Y Olivier van der Zee subraya que quizá esa entrevista "fue el momento más duro del rodaje, todos teníamos un nudo en la garganta mientras le escuchábamos hablar". Eso sí, ni el productor ni el director han querido ahondar más en este aspecto del acto. No hemos querido esconder nada, "pero no queríamos caer en el morbo", afirma el director, y Urdánoz añade que caminar por ese filo de la navaja sin rebasar el límite ha sido una de las misiones más difíciles, "pero por lo que nos dicen, lo hemos conseguido".

estereoscopía La música y de un modo especial el sonido contribuyen a generar una atmósfera de máxima tensión en torno a muchas de las escenas, que funcionan engarzadas en un mecanismo de suspense que amarra a la butaca al espectador, ya de por sí impresionado por las imágenes en tres dimensiones. Y es que, el objetivo último es que "durante hora y media el público sienta la tensión de momentos que en la realidad apenas duran unos segundos", como mucho dos o tres minutos si se computa toda la carrera, dice Urdánoz, que recomienda ver la película en cines, "porque entre las imágenes y el sonido envolvente la gente sentirá que está en medio de las calles junto a los corredores y los toros", de modo que suponga "una vivencia especial".

Para generar esa percepción, el trabajo fue duro, ya que cada día había que rodar con cámaras estereoscópicas diseñadas por D4D, algunas con operador y otras, como en el caso de la que se suspendió sobre la calle Estafeta, acoplada a un cable cam y totalmente estabilizada para obtener "imágenes nunca vistas hasta ahora". Todo, para lograr un filme de acción construida con trozos de pura realidad.