mIENTRAS el resto de su universo conocido intenta disfrutar de las altas temperaturas estivales sumadas al periodo vacacional, 22 jóvenes se han concentrado esta semana en Aibar para dar rienda suelta a su pasión: el acordeón. Estudian, componen, comparten, crean, juegan, se divierten y, ademas, dotan de nueva y musical vida a la citada localidad navarra, a la que este año se le han sumado, para acoger sendos recitales, Lerga y Gallipienzo.
El campus, organizado conjuntamente por el Ayuntamiento de Aibar, el aula de acordeón del Conservatorio Superior de Música de Navarra y el Conservatorio Profesional de Música Pablo Sarasate, está dirigido a jóvenes acordeonistas e intérpretes de acordeón interesados en mejorar y ampliar su formación musical y académica. Según apunta Nekane Iturrioz, parte del triunvirato que dirige el campus, "en esta edición hay inscritos un total de 22 alumnos, de entre 11 y 23 años; lo que significa la mayor participación de las tres ediciones que hasta ahora hemos organizado". A todos ellos, con programas específicos en función de su edad, se les imparten "clases tanto individuales como colectivas y se les ofrecen diferentes actividades lúdicas relacionadas con el acordeón. Todo ello con el objetivo de ayudarles a crecer como músicos en un entorno ideal para el aprendizaje y el estudio", apunta Iturrioz. En este sentido, y como novedad este año, "también contaremos con Garbiñe Sertutxa, que se encargará de preparar a los alumnos mayores para el trabajo con los más pequeños, ya que también ejercen como monitores".
creación y estreno El campus también ofrece una serie de actividades extraordinarias abiertas y dirigidas a todos los públicos, entre las que destacan los conciertos que los alumnos ofrecerán en las tres localidades implicadas, ya que "uno de los principales objetivos del campus es prepararles para el escenario. Formativamente puedes estudiar mucho, pero donde realmente aprendes es mostrando todo ese conocimiento en público. De esta forma, todos los alumnos participan en el concierto de clausura y, por lo menos, en otro de los tres recitales previos", apunta Nekane Iturrioz.
En esta edición, además de la obra que los alumnos mayores crearán durante el campus y que se estrenará en el concierto de clausura, también prepararán dos obras para su estreno. La primera de ella, Cuatro movimientos modernos, ha sido compuesta por Javier López Jaso, y la segunda, Feixas, ha sido creada por Juan Cazcarra, oriundo de Alcañiz (Teruel) y alumno del campus.
Compositor a sus 22 años, con 15 de acordeón a sus espaldas, Juan apunta que "se trata de una pieza para cuarteto con un formato diferente al de la música clásica habitual, más cercano al de la música rock o folk. La idea es que fuera más asequible para el público, ya que si a los niños les pones una sonata, les cuesta más. Eso no quita para que también haya incluido partes de música modal, que se empezó a trabajar principios de siglo; el resultado es una obra moderna pero de formato sencillo y que, auditivamente, se coge fácil".
La cantera Una las debutantes en el campus, Naia Goikoetxea, de 12 años y de "Lakuntza y Pamplona" , enfundada en risas y no sin cierto nerviosismo, explicaba ayer que se ha apuntado al campus "porque me gusta tocar el acordeón, que es muy entretenido y divertido y, además, estoy con mis amigas". Precisamente, una de esas amigas, Iratxe Beaumont, también de 12 años y de "Artieda, Pamplona y Zabalza", ratificaba a su compañera afirmando que viene al campus "porque es divertido y así estoy con las amigas; me gusta que me enseñen cosas con el acordeón y luego tocarlas en casa".