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Maravillosa M.O.D.A., genial 'bigote' conciertos de helsinki, sonic toys, la maravillosa orquesta del alcohol y bigott

Maravillosa M.O.D.A., genial 'bigote' conciertos de helsinki, sonic toys, la maravillosa orquesta del alcohol y bigottFoto: f.f.g.

Fecha y lugar. Domingo, 5 de enero. sala Luyber, San Adrián.

LA tercera y última jornada del certamen no desentonó con las anteriores y acogió un cuarteto de notables y sobresalientes propuestas musicales.

Los valencianos Helsinki, con dos discos ya editados a pesar de su juventud, dieron toda una lección de cómo un grupo debe afrontar una concierto dentro de un concurso, a pesar de que el público apenas había hecho acto de presencia en la sala. Rock a borbotones, con ilusión desbordante no exenta de calidad y un empuje a prueba de bombas no hace sino vislumbrar un futuro prometedor.

Los navarros Sonic Toys fueron el último grupo a concurso de la ya finiquitada XIX edición del certamen. El trío defendió las canciones del que será su primer larga duración, que a su vez supuso el trabajoso cambio del inglés al castellano, transición que todavía está en trance de completarse. Eso sí, su directo sigue siendo exquisito, rock en esencia pero sin prejuicios, de amplio abanico, perfectamente enhebrado y con matices para todos los gustos.

Y, tras los juguetes, llegó la hora del alcohol, de la esperada Maravillosa Orquesta del Alcohol. El combo de Burgos arrancó con varios temas en ingles de sus primeros EP, entre ellos Masters of the world, coreable canción que avisó a los desprevenidos de lo que se les venía en encima. Sumergidos de pleno en su primer largo, ya en castellano y haciendo gala de tablas bregadas (cambiaron el bombo de la batería como si no sucediera nada), la M.O.D.A. demostró que no hacen falta amplificadores para poner a bailar a la gente o hacerle sentir con intensidad la música. Su frontline, con saxo, guitarras y acordeón, es capaz de desencadenar continuados frenesís entre el público mientras los instrumentos, y los instrumentistas, retozan sobre el escenario como enanos. Probablemente, dentro de unos años San Adrián podrá alardear de haberlo tenido en su festival. Festival que tocó a su fin con el inclasificable Bigott, que acompañado por bajo y batería, dio rienda suelta a su repertorio marcado a partes iguales por la genialidad y la originalidad,