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Bar Moka, rincón de tapeo

La cocina tradicional navarra representa a este emblemático establecimiento del Ensanche, en el que sus raciones y pinchos transmiten al paladar la esencia de la gastronomía sanferminera

Bar Moka, rincón de tapeoOSKAR MONTERO

Hace 64 años, en la céntrica calle Tafalla de Pamplona, abrió sus puertas el Bar Moka. Un local proyectado por el arquitecto navarro Miguel Ángel Gómara en 1950 en total sintonía con las tendencias de estilo de la época. Asimismo, el local fue muy frecuentado por industriales y otras personalidades de la ciudad, así como por célebres pintores y artistas. De ello deja fe el cuadro que aún se conserva del pintor Jesús Basiano (1889-1966) que representa a Crispin subido en el andamio mientras realizaba el bajorrelieve de la pared y a Gómara dirigiendo las obras.

A finales del año pasado fue adquirido por el hostelero Patxi Sánchez, quien realizó una pequeña redecoración, sin dejar de lado la esencia de los años 50, y con la intención de garantizar un espacio para degustar comida tradicional casera.

Sabor tradicional En el aspecto culinario, el Bar Moka sigue siendo un referente de la gastronomía navarra, ofreciendo una extensa carta de tapas, pinchos y platos, elaborados con la mejor materia prima de la huerta navarra y del producto local.

Manitas de cerdo, cordero al chilindrón, morros o morcilla son algunas de las raciones que se pueden degustar en el Bar Moka, entre una selección de más de 40 primeros y segundos. “Todos ellos se preparan en el momento, para que el cliente disfrute de las elaboraciones en su punto”, indica Sánchez. “Es la mejor manera de llegar al paladar del cliente”.

Para San Fermín Bar Moka va a seguir apostando por los clásicos de la cocina tradicional casera, “la de toda la vida”, porque es “parte de la esencia de la fiesta”, apunta el propietario. Además, incluirá en su menú las clásicas raciones de estofado de toro o bacalao al ajoarriero, manjares típicos de gastronomía sanferminera. Asimismo, la céntrica ubicación del local y su cercanía con la plaza Conde de Rodezno, uno de los puntos claves de la diversión infantil, hace que se convierta en un lugar perfecto para picotear y comer en familia.

El Bar Moka no solo acoge raciones de puchero o de mojar pan, sino que es un auténtico especialista en elaboración de pinchos, tapas y fritos, ideales para compartir en grupos. Por ejemplo, en su carta destacan brocheta de tres quesos, ventresca con pimiento asado, buñuelos de bacalao, fritos de hongo, bacalao, croquetas u otros más típicos como huevos fritos con ajoarriero, costillicas de cordero y su famosa hamburguesa de Wagyu.

Para completar la degustación culinaria, qué mejor que probar una de sus peculiaridades: los postres en miniatura. En tamaño mini, el Bar Moka ofrece torrijas caramelizadas, trufas caseras, tarta de queso, helado de vainilla, turrón o chocolate.

Por último, mencionar la extensa carta de vinos que dispone, con las mejores propuestas de las bodegas navarras. Y cómo no, para celebrar y brindar estas fiestas el magnífico cava Freixenet Trepat, elaborado con una genuina uva de la Conca de Barberà.