“Ahora salgo a cantar con más miedo que antes, cuando se encienden las luces me acojono bastante”
Zentral Café Teatro acoge hoy, con las entradas agotadas, el concierto del artista madrileño, que presentará a partir de las 22.00 horas su disco ‘Pólvora’
Pamplona - José Miguel Conejo, artísticamente conocido como Leiva, desembarca esta noche en Pamplona para presentar su exitoso Pólvora, un trabajo con el que de nuevo, y casi para su propia sorpresa, ha saltado a los niveles de público y repercusión que consiguió con su anterior banda, Pereza.
Leiva vive la música como si su vida fuera en ello, y eso se nota, y mucho, no solo en sus canciones, también en sus palabras.Está sumergido en la recta final de una gira en la que casi alcanzará los 100 conciertos. A estas alturas de película, ¿cómo tiene Leiva la pólvora, ha cambiado su olor?
-Realmente, todo tiene un aroma diferente al disco pasado... Con Diciembre era todo más pequeño, había que convencer mucho más, era el primer disco, estaba un poco más en el punto de mira de todo el mundo, y en especial de la gente que seguía a Pereza... Todo fue más lento y guerrero... Con Pólvora todo se ha multiplicado de una manera sorprendente, para mí, porque pensaba que iba a dar otro pasito lógico con respecto al álbum pasado, pero todo se ha equiparado en dimensión a cuando estaba en Pereza, y estoy emocionado. En los tiempos que corren es un privilegio volver a colgar el cartel de agotado, que yo nunca me espero y soy muy consciente de lo que significa.
Recuerdo alguna conversación tras el concierto que ofreció en Tótem con su primer disco en solitario, Diciembre, cuando todavía no abarrotaba las salas, en la que se respiraba cierta incertidumbre. Ahora resulta fácil apostar, pero, aunque lo parezca, no ha sido un camino fácil llegar hasta aquí.
-No, tío, no ha sido fácil... En concreto porque aposté por ir con una banda numerosa, con técnicos, para poder ofrecer un espectáculo eléctrico de calidad... Eso era muy ambicioso para los aforos que hacía y el dinero que ingresaba; realmente, Diciembre no fue una gira rentable para mí, fue una inversión y una apuesta. Por lo tanto, a ese nivel fue complicado, pero, para mí, tiene que ser así, hay que apostar por algo de calidad y ofrecer el mejor espectáculo posible... Afortunadamente, después de Diciembre, con Pólvora me ha salido; sí que es cierto que ahora parece una apuesta sobre seguro pero no lo era.
“Que no mueran nunca los cantantes...” Entiendo a quién hace referencia, pero si uno se asoma a La voz, por ejemplo, puede entrar en pánico; un programa en el que solo parece existir un tipo de música y donde la creación prima por su ausencia.
-Para mí solo hay dos tipos de música: la buena y la mala, más allá de los estilos. Cualquier formato televisivo que pretenda explicar a la gente que el éxito se consigue en una escuela, primero me parece mentira, y segundo, me parece terrible... más allá de que los cantantes sean melódicos, que te puede gustar más o menos; en concreto a mí no me gusta o me gusta menos. Para mí, lo que conlleva eso es que un chaval de 10 años vea en el televisor de su casa que si se mete en una escuela va a tener éxito, y que el éxito significa popularidad. Eso hace que me parezca un formato terrible, desde mi humilde opinión. Cuando hablo de que no mueran los cantantes me refiero a la gente que hace música por necesidad vital, más allá del éxito; y la harían aunque tuvieran que vivir debajo de un puente. No necesariamente me refiero a cantantes grandes, también a los pequeños.
A estas alturas, ¿existe el vértigo cuando se encienden las luces?
-Sí. Cuando veo a Joaquín, a Calamaro y a amigos que son muy grandes, con una trayectoria infinita y consolidada, que a día de hoy sienten ese miedo, ese respeto y esos nervios, siento que no estoy loco, porque conforme va pasando el tiempo aparecen más inseguridades y más respeto al público... Yo cada vez salgo al escenario con más nervios, es acojonante pero es así... Recuerdo en tiempos de Pereza saliendo a tocar para 60.000 personas, bebiéndome cuatro gin tonics y estar la mar de tranquilo; lo recuerdo y alucino. Ahora salgo con mucho más miedo que antes, no sé si irá in crescendo o será una época, pero cuando se encienden las luces me acojono bastante.
¿Cuál es la mejor versión de Leiva, o mejor dicho, cuándo se produce, porque no me creo que se la “haya llevado el aire...”?
-Donde se puede encontrar mi mejor versión es haciendo música, porque creo que es lo único que sé hacer bien, o simplemente hacer... Hacer canciones, subirme a un escenario y tocar, creo que ahí es donde uno se encuentra lo mejor de mí... Ahí, y subiendo a la montaña, que es un lugar donde también se encontrarán con un buen compañero de charlas y montaña.
¿Los “días de autodestrucción” siguen siendo casi necesarios para crear buenas canciones?
-La verdad es que no hay una fórmula concreta para hacer canciones... pero cuando uno saca sus demonios, al menos para mí, se produce una situación bastante propicia para escribir. No sé si la autodestrucción o flagelarse o sufrir es necesario para escribir, en mi caso sí que buscando por ahí, en la basura, es por dónde encuentro las canciones. Me parece que era Keith Richards el que decía que cuando está bien, se va a tomar bourbon con los amigos, no se pone a escribir canciones. Y yo me identifico con eso, aunque cada uno busca donde puede. Pero cuando uno está abajo, creo que tiene más cosas que contar, o al menos más cosas de verdad.
¿Escucharemos algún día la canción No soy para ti, que al final no entró en este Pólvora?
-Pues ese es un gran conflicto que tengo desde que apareció esa canción... Cuando hicimos la criba del disco, fue la canción en la que Raya (su productor) y yo no nos pusimos de acuerdo. Él pensaba que había canciones mejores en ese mismo código, como Del hueso una flor, y me dijo que esa la veía fuera del compacto. A mí me pareció bien, en ese momento, lo que decía Carlos, y no la incluimos. Pero ahora estoy de nuevo en el mismo conflicto, porque yo nunca reciclo canciones de un álbum para otro, no por alardear de que escribo muchas sino porque enseguida se me pasan de caducidad y dejan de representarme. Pero con esta canción en concreto... creo que volveré a probar suerte para el próximo disco.
La gente, el público, piensa, por norma general, que cuando un artista llega al éxito es porque ya lo sabe casi todo, pero, ¿quizá es en ese momento cuando más se aprende?
-El éxito es una palabra complicado, pero bueno, digamos que cuando llegas a la popularidad te das cuenta de todas las cosas que no sabes y las que te quedan por aprender... Es alucinante pero es así. Y el que lo piense de otra manera, creo que no está leyendo bien la jugada.
¿Los cantantes son aquellas personas capaces de convencernos incluso de cosas en las que no creemos?
-Supongo que con la música se consiguen grandes cosas, y mediante la música se puede mandar un mensaje que mueva masas... Fíjate lo que hacía Lennon con las canciones, con sus discos y con su mensaje. Pienso que sí, que incluso puedes convencer a alguien de algo en lo que no cree con música, ese es el poder las canciones y de los cantantes.
¿Se llevan bien ‘Pólvora’ y ‘Diciembre’ sobre las tablas?
-Sí, muy bien. Son dos discos que tienen una evolución bastante lógica y que conviven muy bien. Cualquier canción de Diciembre que meta en el repertorio suele ser un comodín muy bueno; de Pólvora me cuesta más meter y sacar canciones, pero Diciembre es un disco muy fácil de incluir en un repertorio.
¿Lo importante, en esta profesión, y en la vida, es no dejar de soñar?
-Sí, claro, lo importante es olvidarte de la condición que tienes, de tu oficio y seguir soñando, queriendo aprender cosas... Yo sigo soñando con sentarme una tarde en un estudio a hacer música con Serrat... Creo que eso no se puede perder nunca, creo es la clave de la vida; para tener ilusión hay que soñar.
Leiva es de los que compone mientras gira, y como ya llevamos una buena parte de la misma, entiendo que ya tendrá cositas por ahí, ¿cómo van creciendo los retoños?
-Realmente tengo el próximo disco escrito. Con Pólvora se ha creado un momento de inspiración importante y desde que empezamos la gira ya tenía canciones, y de las casi treinta que he hecho durante la gira, ahora mismo tengo doce que conforman un disco que me gusta mucho. Pero bueno, como pararé después de julio y empezaré a grabar a final de año, imagino que entrarán canciones nuevas... Pero ahora tengo esa sensación que se produce cuando te dices a ti mismo que tienes un disco ya hecho y reconoces un repertorio que te gusta. Es una sensación difícil de describir, no sé cómo contártelo, es como si tu cuerpo dijera que ya lo tienes; y eso es algo que me sucede desde hace un par de meses. Tengo un disco que me gusta, no sé si es bueno o malo, pero a mí me gusta.
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