La Policía Nacional y la Policía Foral han detenido esta semana a dos mayores de edad y han citado como investigado a un menor por su presunta participación en las protestas que tuvieron lugar en febrero y marzo durante actos públicos de Vox en distintas localidades navarras. Las detenciones se producen tras una denuncia interpuesta por el propio partido ultraderechista.

Los hechos investigados se produjeron el 1 de febrero en el barrio pamplonés de la Rochapea, el 2 de febrero en Berriozar y el 15 de marzo en Beriáin, donde militantes de Vox instalaron mesas informativas en la vía pública. La presencia de la ultraderecha provocó la respuesta de numerosos vecinos y colectivos que se concentraron para mostrar su rechazo a los discursos de odio.

La policía sostiene en una nota que durante estas concentraciones se produjeron altercados y “actos violentos” que obligaron a intervenir para “restablecer el orden”. Según su relato, se lanzaron ladrillos, botellas de vidrio, huevos y bolas de barro contra las mesas de Vox y las unidades policiales. Además, señalan que se profirieron gritos y amenazas que forzaron la interrupción de las actividades políticas de los ultras.

Como resultado, los tres jóvenes han sido acusados de delitos de desórdenes públicos, amenazas, coacciones, atentado contra la autoridad y también de un controvertido delito de odio, una figura que habitualmente se reserva para proteger a colectivos vulnerables pero que la ultraderecha viene utilizando como herramienta represiva contra quienes rechazan su presencia. De momento, los dos detenidos han sido puestos a disposición judicial y el menor continúa investigado.

Críticas a la actuación policial

Uno de los episodios más destacados tuvo lugar el domingo 3 de febrero en Berriozar, donde se registraron momentos de tensión tras la colocación de una de las mesas informativas de la ultraderecha en la calle Etxaburua. En respuesta, un numeroso grupo de jóvenes se concentró en el lugar, lo que acabó derivando en la intervención de la Policía Foral con cargas y uso de balas de foam.

Los hechos generaron una fuerte polémica en la localidad y el alcalde, Iker Mariezkurrena, llegó a exigir explicaciones a la consejera de Interior, Amparo López, por la actuación “desproporcionada”, según el primer edil. El propio Ayuntamiento denunció que el acto de Vox no contaba con autorización expresa municipal y lamentó que no recibieran información directa del mando policial presente en el lugar.