“La música debe dar alas a la mujer trabajadora y al hombre luchador”
Zentral recibe hoy a la cantante mexicana Lila Downs, que presentará en directo su último disco, ‘Balas y chocolate’, a las 22.15 horas (35 euros)
pamplona - Balasychocolate hunde su razón de ser primigenia en la particular forma que tiene el pueblo mexicano de celebrar la muerte. En este sentido, ¿también fue la respuesta de Lila Downs ante el posible fallecimiento (por enfermedad) de su marido?
-Pues sí, en parte... Pero creo que no se celebra la muerte, sino la vida, porque es un regalo tan efímero que, al recordar a nuestros ancestros, a nuestros abuelos que han muerto, contemplamos la vida misma y creo que así la agradecemos más.
Esa celebración de la vida frente a la muerte ha provocado que esta nueva colección de canciones, casi como una contradicción, se muestre musicalmente alegre.
-Sí, pero yo lo hice, sin pensar, con la intención de alegrarme a mí misma en lo personal.
“Soy la voz del que desapareció, soy la mujer que por su vida peleó, soy la estudiante que cambia las reglas...”. Al margen de la citada vinculación con la muerte, no ha perdido la oportunidad de utilizar la música como reivindicación social y como lucha.
-¡Claro! Hay que seguir teniendo fe y creo que de eso trata el rap, ese que he hecho con la idea de darle fuerza a los que tememos y tenemos dudas. Ojalá que la música también incite a hacer cosas diferentes, como la contemplación de la vida misma o plantearse a dónde queremos llegar los latinoamericanos y quiénes queremos ser, desde dentro.
¿La forma de rescatar o de poner en valor el folklore es, precisamente, acercarlo a otras músicas más actuales como el pop o como el rap?
-Creo que sí. A mí siempre me ha atraído y tengo pedacitos de rap en las rancheras... Ha sido una inquietud mía, pero también el reggaeton lo es, aunque no les guste a algunos fans... Pero, ni modo, creo que la música así tiene más fuerza.
Y, en cuanto a lo que comenta sobre la reflexión que los latinoamericanos deben hacer sobre su camino, su futuro, con la canción Lapatriamadrina ya apunta hacia la esperanza de una unión, ¿es posible?
-Yo pienso que sí, lo que hace falta es más contacto entre nosotros, más diálogo... Porque cultura ya hay mucha y tenemos intercambios maravillosos de música, de cine, de comida o de tradiciones... En fin, que solo falta un diálogo entre nosotros... y que tengan cuidado los vecinos del norte (risas).
¿Cuál es la relación de este disco con el musical Comoaguaparaelchocolate, que también fue compuesto por Lila Downs?
-En realidad hay varios temas de este disco que salen de ahí, de la música que compusimos originalmente para ese teatro musical con el que no sé qué ha pasado, si se paró o sigue, porque ya no fue con nosotros.
Visto desde fuera, es decir, contando con que habitualmente nos llega la información notablemente mediatizada, aunque ahora las redes sociales sí aportan un contacto más directo entre personas, en Navarra tenemos la sensación de que México vive unos años de especial conflictividad social, desde Ayotzinapa hasta Iguala. ¿Estas canciones también son reflejo de esta situación?
-¡Cómo no! Hace ya más de un año que mi esposo y nos mudamos de nuevo a México. Nunca habíamos dejado de estar, solo que ahora lo hacemos de forma continuada, ya que antes pasábamos parte de nuestra vida en Nueva York. Y lo que notas es una melancolía, frustración, enojo y alegría, al mismo tiempo, porque seguimos con nuestras vidas, los que podemos, que somos la mayoría. Sí es verdad que las cosas van mal en algunas áreas, pero creo que hay mucha gente comprometida, positiva y progresista en México.
En este sentido, ¿cuál es el papel de la música? Evidentemente puede ser la denuncia, pero, ¿debe ir más allá?
-Creo que en mi caso debe dar alas a la gente, a las personas que yo admiro, a las que respeto, a la mujer trabajadora, al hombre que se levanta desde temprano y hace su lucha por levantar su familia y querer a su país... Porque creo que este disco es un trabajo de mucho amor y respeto a un lugar que es sagrado para mí.
Mucho amor, pero agridulce, ya que mezcla balas y el chocolate...
-Pues sí, como es el chocolate...
Entiendo, entonces, que no se da un equilibrio porque, al final, triunfa lo dulce...
-Creo que sí porque somos más los que intentamos buscar la felicidad y los que la encontramos día a día, poco a poco, con las cosas sencillas y agradeciendo a la vida... Por eso tiene que ver también con la muerte. Mucha gente me pregunta cómo llevo lo del marido, y yo les digo que me encantaría que hubiera una pastilla, que se asemejara a lo que me ha pasado a mí, para que todos reaccionáramos y tuviéramos más conciencia ante nuestra familia o nuestro país.
El tema Dulceveneno, ¿es la crítica de una mujer a esas otras mujeres que ponen por delante de casi todo su físico?
-Puede ser, un poco... Pero, en realidad, pensaba más en los vídeos esos de las tetas y las colas que brincan todo el rato, que es algo que ya me canso de ver... Es bueno que exista eso, pero no tanto, ¿no? (risas).
Zapata, “luz perpetua en el recuerdo”, también, cómo no, hace su aparición en el disco, ¿invitación a conocer la tan necesaria Historia de cada pueblo?
-Claro, nunca nos debemos olvidar de la Historia porque ahí están las respuestas a todas las inquietudes y preguntas que tenemos como seres humanos.
El dueto con Juan Gabriel incluido en el álbum, ¿es un sueño cumplido?
-Síiiii, es un sueño, un alegría... El artista que más admiro de mi país, porque es muy valiente.