Que el fútbol es un filón quedó demostrado el pasado miércoles con el pase de eliminatoria a penaltis del Atlético de Madrid con un seguimiento de casi 8 millones de espectadores. Pero de la misma manera que se ha convertido en la gallina de los huevos de oro de la televisión, los precios que deben pagar las cadenas por lo que llaman “derechos”, son cantidades prohibitivas. Y una manera de ver que son cantidades de alto riesgo es que, a menos de tres meses para que comience la Eurocopa del fútbol, por aquí ninguna de las cadenas se ha atrevido a pagar los 40 millones que les piden por esos derechos televisivos. Por un lado, esto indica que las cadenas no están para muchos trotes y, por otro, que la experiencia del Mundial de hace dos años en el que eliminaron a la selección española a las primeras de cambio, les echa para atrás. Está claro que si España llegara a la final, cualquiera de las cadenas pagaría los cuarenta kilos -incluida la TVE en funciones-, pero lo cierto es que sus dirigentes no tienen claro si ese regalito no se lo va a llevar la oposición actual al Gobierno en funciones que protegen desde la tele pública. Pero por más que esperen, los derechos de fútbol ni son negociables ni bajaran de precio y, finalmente, alguien tendrá que dar el pasito adelante sacar la pasta y asumir la incertidumbre. Aunque para evitar incertidumbres saben que deben leer esta columna, en la que hace una semana ya adelantamos que Bertín Osborne ficharía por Tele 5, como así ha sido. Claro que, con la pasta que le ha pagado no me extraña que ahora no les llegue para la Eurocopa. Ya ven que los críticos, como los guionistas, a veces nos adelantamos al futuro. Lo digo también porque quien siga un poco Los Simpson habrá visto muchas veces el episodio titulado Bart al futuro, en el que la sabionda Lisa alcanza la presidencia de los EEUU tras Donald Trump que ha dejado el país en la ruina. Espero que no se cumpla nunca esta profecía.
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