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Alicatê La gramola del amor

El Mesón del Caballo Blanco acogerá hoy, a partir de las 20.00 horas, al dúo Alicatê. La gramola del amor, que ha sido sin duda una de las grandes revelaciones de la temporada con su mezcla de música, humor, besos y cabaret

Alicatê La gramola del amor

Alicatê. La Gramola del Amor es un dúo integrado por Tefi de Paz (actriz y cantante) y Alice dos Santos (pianista) que sostiene un espectáculo que ha cautivado ya a miles de personas con más de 150 conciertos a sus espaldas y que, según ellas mismas apuntan, “funciona con besos: un beso, una canción”. Se trata de una mezcla de concierto, cabaret, fiesta, teatro y muchas más sorpresas que tampoco conviene desvelar, ¡es mucho mejor disfrutarlas en directo!

Alicatê dio sus primeros pasos allá por 2013, “en el día de la mujer. El 8 de marzo se celebró en la antigua Hormiga Atómica el festival Emakumeak eta arte (Mujeres y arte). Un amigo, Carlos (conocido bajista de la escena local) nos puso en contacto a Tefi y a mí -explica Alice- para preparar cuatro canciones. Y a Tefi se le ocurrió lo de la dinámica de los besos, es decir, que la gente se tenía que pintar los morros y darnos un beso a cada una como precio por la canción”. “Fueron 15 minutos pero vimos que funcionó, y hasta ahora; eso sí, aquel día acabamos llenas de besos”, rememora Tefi.

En cuanto a la enjundia del espectáculo, que navega entre humor y amor, ambas explican “que es un fifty fifty, pero sobre todo se juega mucho con la represión que encontramos por estos lares, en el sentido de que la gente no expresa mucho lo que siente. La gente se besa poco”, explican entre ambas antes de dar a conocer el intríngulis que esconde el nombre del grupo: “Ali, de Alice; Ca, de Carlos, y Te, de Tefi, ya que al principio fuimos un trío, hasta que Carlos se metió en hostelería y no pudo compaginarlo con el grupo. Pero el nombre nos gustaba, porque juega con el género, somos chicas, y podemos empezar el show muy monas pero acabarlo con las medias rotas y completamente despeinadas. Además, en la Ribera, alicate es una especie de insulto (risas). Y en cuanto al apellido, La gramola del amor, surgió en un concierto que hicimos en un ostatu que por entonces regentaba La Chula Potra en Zubieta. Fue ella la que puso en el cartel lo de Alicaté. La gramola del amor, para anunciar el concierto, y así se quedó, como una especie de resumen del espectáculo”... Un montaje que, según apunta Alice, “se ha ido haciendo solo, aunque son canciones de amor que casi todo el mundo conoce; y, además, de diversos tipos de amor. Esas canciones que no son tan conocidas, como Pasión, de Rodrigo Leao, son las que nos sirven para romper la barrera con el público, ya que Tefi aprovecha para abrazar a todo el mundo (risas)”. “Esa es la segunda canción -apunta Tefi- y a partir de ese reparto de abrazos, el hielo ya está roto”. “Por otra parte, se trata de canciones que suenen llenas solo con un piano, una caja, el saxofón turuta y el huevo maraca, que parezca que estamos ocho tocando en lugar de dos”, comenta Alice.

Al margen del humor y el amor, el espectáculo, más que concierto, cuenta también con una parte teatral muy importante. “Es que yo vengo del teatro -apunta Tefi- y todo esto que tengo de música es porque mi madre me regaló el oído, no tengo mucha información musical pero es que me sale, es innato... Me sale más fácil cantar un tema interpretándolo que estática como un palo frente al pie de micro. Y, en este sentido, cuando nos tocó un micro inalámbrico en el concurso de la Woodstock, aquello sí que fue una liberación (risas)”.

Besos y más besos El formato de los conciertos es muy sencillo, antes de cada canción, la cantante del dúo pide recibir un beso como aliciente para iniciar el siguiente tema, dando lugar así a una serie de diferentes tipos de besos todos musicalizados de forma diferente. Así, por ejemplo, está “el beso del Tour, en el que hago llamar a dos hombres objeto para que cada uno me bese en una mejilla; y es que jugamos mucho con el género, como el beso del princeso verde. Luego está también el beso de vampiro, que no es sino un mordisco en la yugular, lo que hace que me transforme en la niña del exorcista haciendo el pino puente”, explica Tefi. “También está el beso de pez, en el que te doy un beso, y se me olvida, y así te lo vuelvo a dar, y se me vuelve a olvidar (risas). Luego está el primer beso, ese que te roban; yo siempre digo que mi primer beso fue en la AP-15 viendo pasar a los camiones (risas). También el beso de tu tía, ese que te deja los morretes marcados toda la tarde, para lo que pintamos al elegido los morros antes de besarnos. Está también el beso de dormir, en el que lloro como una niña o niño y hasta que no me dan el beso no me calmo. El beso negro siempre lo sacamos, jugando con lo pícaro, y ante el que Alice grita: ‘¡No, ese no! (risas). Eso sí, curiosamente nos lo han dado dos veces, con ropa, eh (risas). Ah, y el beso de bombero... y es que estuvimos actuando en el parque de bomberos de Madrid, con todos vestidos de servicio; de hecho, en mitad del bolo sonaron las sirenas y se tuvieron que ir, y yo aproveché para meterme en el camión con ellos (risas)”. “Y luego les pedíamos a los bomberos: ¡que salga marzo! ¡Y abril!”, rememora Alice entre risas. “Realmente, el beso de bombero consiste en que yo digo -explica Tefi- que he inhalado demasiado humo, me desmayo y alguien del público tienen que salir a hacerme el boca a boca, me toma el pulso... (risas)”.

Otra de las claves del show es que los sketch están dotados de una más que candente actualidad, “aunque no preparamos nada y casi no ensayamos, tenemos el espectáculo tan interiorizado que surgen cosas en el momento”, matiza Alice. “Yo hay ratos que no sé con qué me conecto, si Júpiter o Saturno, y me meo yo misma de la risa por lo que he hecho, ya que si lo hubiera preparado no me hubiera salido así. Y la clave para eso es el público, que hace que me venga arriba”.

En resumen, los que acudan hoy al Caballo Blanco no verán “ni un concierto ni una obra de teatro, es una fusión fresca y espontánea de ambos, para todos los públicos, en la que transmitimos la alegría de vivir”.

Tras el parón veraniego, el show cambiará de repertorio, así que lo que se pueda ver y oír hoy será sorpresa sorpresiva, con más participación activa de Alice. Eso sí, que nadie se lleve las manos a la cabeza si al terminar el concierto de Alicatê acaba formando parte de una conga gigantesca al ritmo de I will survive.