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Loquillo convirtió la Ciudadela en un templo del rock con mayúsculas

Los navarros Jabi Izurieta y Cero a la Izquierda, junto a los argentinos La Beriso e Inconscientes completaron una jornada de auténtico lujo

Loquillo convirtió la Ciudadela en un templo del rock con mayúsculasJAVIER BERGASA

pamplona - El rock, con mayúsculas, se adueñó ayer de la Ciudadela de Pamplona con un festival en el que Loquillo, cabeza de cartel indiscutible, dejó claro desde el minuto uno por qué es uno de los grandes del rock and roll estatal.

Pero la fiesta comenzó varias horas antes de que el cantante barcelonés y la apisonadora que lleva como banda saltaran al escenario.

El encargado de hacer sonar los primeros acordes, sobre las 19.30 horas, fue el navarro Jabi Izurieta, que todavía bajo los estertores de un sol incandescente defendió a capa y espada su último trabajo discográfico, Claudia & Costello. Alargando la sombra de cantautor, cerniéndose a un rock americano que bebe de las fuentes de maestros como Neil Young y de referencias estatales como el imprescindible Quique González. Un recital en el que además de dar ya una imagen de sólido conjunto brillaron las guitarras de Andoni Zilbeti y los coros de Bea Úriz, sobre todo en temas como En el cabo mayor.

En segundo lugar actuó Cero a la izquierda, banda pamplonesa que, tras cosechar recientemente un notable éxito, de público y crítica en Zentral, demostró que no se le queda grande ningún escenario. Sostenidos principalmente por las canciones de su último compacto, Campo de minas, los comandados por Javi Robles se han hecho fuertes en el rock urbano con letras que van más allá de la calle y se retuercen entre la poesía y la realidad. Va a temblar la tierra, Telón de acero o No te van a perseguir fueron buenos ejemplos de ello, aunque terminaron el concierto con un acedeciano Mis lamparones, de su segundo disco, No ha dejado de llover.

La Beriso El ecuador del concierto fue protagonizado por La Beriso, en la que fue la primera actuación de la banda argentina en Europa. Todo un dechado de actitud, ya que en su país actúan ante decenas de miles de espectadores y ahora han decidido colgarse los flight case, cruzar el charco y presentar por estos lares su último compacto, Pecado capital, trabajo que ya es oro en Argentina y que aquí también brilló como el más preciado de los metales, con un Rolo que arengó a sus compatriotas como si estuvieran en la mismísima Avellaneda. Con banderas y camisetas de Argentina en las primeras filas sonaron, entre otras, Realidad, Traicionero o Pensamiento.

Y en estas... se coloca al lado del que esto escribe Uoho.

-Fer, ¿qué quieres que toquemos de Platero?”

-Joder, Voy a acabar borracho y Hay poco rock and roll...

Y así fue, porque el rock de verdad, el de la esencia, no deja lugar a treguas y de eso, de no dar tregua, se encargó muy bien Uoho, capitán a las guitarras de Inconscientes, que, bregado en mil batallas, tanto con estos como con Extremoduro o Platero y Tú, convirtió las quimeras en realidades de rock sólido, magistralmente marcado por las guitarras mientras daba capotazos al blues rock y demás subgéneros.

Y llegó la traca final. La que todos estaban esperando. Loquillo y sus huestes repartieron a diestro y siniestro. Algo lógico, ya que pocas bandas atesoran un repertorio como el que ha ido trabajando a lo largo de cuarenta años de carretera el señor José María Sanz.

Con un majestuoso, energético y siempre entregado Igor Paskual como mano derecha a las guitarras, pusieron los pelos como escarpias al respetable con auténticos zarpazos de rock and roll.

Empezaron, cómo no, haciendo gala al nombre del festival, con Salud y rock and roll. Y a partir de ese momento todo fue un camino de hits’de todas las épocas. Territorios libres, El hombre de negro, Rompeolas, La mataré, Ritmo del garaje... Menos mal que Igor, minutos antes de salir comentaba que había entrado en una etapa de madurez, porque sobre las tablas parecía un adolescente... Igual que el Loco, que está viviendo uno de sus momentos más dulces, y para muestra... un bis al alcance pocos: Rock and roll actitud, Quiero un camión, Feo, fuerte y formal y... un Cadillac solitario con el público enardecido. Brutal. Sencillamente brutal.