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L’elisir d’amore La ópera ‘de verdad’ vuelve a Baluarte

El auditorio pamplonés acoge el jueves, día 20, y el sábado, día 22, una espectacular producción de la obra de Donizetti con un elenco encabezado por Sabina Puértolas y Antonino Siragusa

L’elisir d’amore La ópera ‘de verdad’ vuelve a Baluarte

Con una escenografía más que espectacular y un elenco de artistas que hacen brillar con justicia el apellido Lujo, L’elisir d’amore, la archiconocida ópera de Gaetano Donizetti, desembarca en el Auditorio Baluarte, un escenario que se vuelve a reencontrar de esta forma con la ópera escenificada.

Las representaciones tendrán lugar mañana, día 20, y el sábado, día 22; ambas a las 20.00 horas. Los precios de las entradas son de 68, 54 y 40 euros. Además, desde tres días antes de cada función, los menores de 30 años pueden adquirir localidades con el 70% de descuento, por 20, 16 y 12 euros, según la zona elegida.

Félix Palomero, director-gerente de la Fundación Baluarte y de la Orquesta Sinfónica de Navarra, acompañado por el tenor Antonino Siragusa (Nemorino), la soprano Sabina Puértolas (Adina), Adriano Sivinia (director de escena), Matteo Beltrami (director musical) e Iñigo Casalí (en representación de la Asociación Gayarre Amigos de la Ópera) dieron buena cuenta ayer ante los medios de comunicación de las claves que envuelven este montaje, fruto de la colaboración, bajo la fórmula de coproducción, entre la Fundación Baluarte y AGAO. Una rueda de prensa que estuvo marcada desde el principio por el buen ambiente que se ha creado entre el elenco de artistas y, sorprendentemente, por la ausencia de superstición entre los mismos, ya que antes de comenzar no tuvieron reparos en brindar con agua.

“Alegría” es la palabra que primero le brotó a Félix Palomero al exponer que se abre la temporada de Baluarte con “esta deliciosa y maravillosa producción. Es una función que estamos preparando con infinito amor, seguros de que será del gusto del público”. Palomero también quiso hacer hincapié en el hecho de que este montaje cuenta con muchos ingredientes navarros, no solo en el elenco de cantantes sino también en el coro (AGAO), en el foso (OSN) y en el equipo, ya que Ópera de Cámara de Navarra se ha encargado de preparar la figuración y los niños, y también se ha contado con la regidora Eva Asurmendi, que habitualmente trabaja en el Real. “Entendemos que es una obra colectiva, ejemplo de lo que desde una institución pública como Fundación Baluarte tenemos que hacer; además de, por supuesto, ofrecer calidad y contenidos dentro una programación rigurosa, estructurada y que se explique por sí misma”. Palomero también adelantó que, “por primera vez”, el Ministerio de Cultura ha concedido una “pequeña subvención para la temporada lírica de Baluarte. Ya de manera más personal, resaltó la “fortuna” que han tenido al poder acoger esta producción de Teatro de la Ópera de Laussane, así como de que “Sabina Puértolas nos haya escogido para debutar en el papel de Adina y de que hayamos podido contar con la también navarra Andrea Jiménez y con uno de los grandísimos Nemorinos de la actualidad, Antonino Siragusa”.

Por su parte, el director de escena Adriano Sivinia, creador del espectacular montaje que incluye una rueda de tractor gigante que pesa 1.500 kilos, aunque no quiso dar pistas del mismo para no robar la sorpresa a los espectadores, explicó que “la dirección de escena llega a término cuando se produce una complicidad real entre dicha dirección y los artistas y cantantes. Y en esta ocasión, ese feeling ha sido tan grade que ha dado lugar a una compenetración y un buena hacer que nos hace estar muy contentos de cómo hemos llegado al momento de representar”.

Encantados y felices Al igual que posteriormente hicieron sus compañeros de mesa, Beltrami no dudó en destacar la gastronomía del vieja Iruña, calificando a la ciudad, en este sentido, de “muy peligrosa”, ya que, afirmó, “vamos a volver con unos cuantos kilos de más”. En cuanto a la ópera, destacó el trabajo de los técnicos de Baluarte, “ya que esta es una producción es muy difícil y lo han hecho francamente bien”. Respecto a la historia, “ésta se desarrolla en lo más profundo del campo, donde viven los cantantes, que están rodeados por las cosas que los humanos dejan caer. De esta forma, esos gnomos que habitan el bosque incluso van vestidos con los restos de lo que la gente tira...”.

Matteo Beltrami, responsable de la dirección musical, apuntó que L’elisir d’amore es una obra “muy conocida pero, a la vez, muy peligrosa. Muchos la consideran una ópera bufa pero, por ejemplo, en Alemania, un director de escena la llegó a desarrollar como una historia de mobbing. Por lo tanto, yo considero que esta ópera transita por un fino hilo en el que los cantantes y músicos transitan, a modo de equilibristas, intentando no caer ni del lado cómico ni del drama, exclusivamente. En este sentido, la dirección de escena acierta con su propuesta, ya que contamos con momentos muy cómicos y otros en los que la melancolía es protagonista hasta el punto de llegar a entristecer tanto a los protagonistas como al público”.

Sabina Puértolas se mostró exultante y feliz con la producción de esta ópera: “Desde el momento en el que se levanta el telón y ves lo que hay, te das cuenta de que no es una ópera normal. Invito a todo el mundo a que venga porque van a flipar”. Respecto a su papel, destacó que “no podía estar en mejores manos para debutar con Adina”, en referencia tanto a los directores como a sus compañeros de elenco, con especial dedicatoria para Antonino Siragusa, al que calificó como “el mejor Nemorino de todos los tiempos”. Algo a lo que el propio Siragusa respondió apuntando que “no se considera una estrella. No creo que esto sea un trabajo sino más bien un don de Dios”. Lo que no fue óbice para que resaltara que “llevo más de 25 años cantando y nunca había encontrado un equipo, dentro y fuera del escenario, con tanto feeling y con tantas ganas de hacerlo bien”. En lo concerniente a su papel, explicó que “tuve la fortuna de trabajar con Pavarotti, quien me apuntó que todo el mundo piensa que Una furtiva lágrima (la aria más conocida) es triste pero, sin embargo, también se puede traducir como un momento de esperanza, en el sentido de que ella puede que quiera Nemorino; de hecho, estoy toda la ópera intentando decir a Adina que le quiero. Por otra parte, uno de los grandes aciertos de Adriano ha sido el incluir, al principio de la obra, a dos niños que representan el papel de Adina y Nemorino cuando apenas contaban con unos pocos años, lo que explica como, posteriormente, para Adina esa amistad se mantiene con el tiempo mientras que para Nemorino se transforma en amor”.

Finalmente, Iñigo Casalí, director del coro de AGAO, se mostró especialmente agradecido por formar parte de esta ópera, “tan de lujo en todos los aspectos”, a la par que manifestó el “respeto” que les produce ese mismo hecho. “Es una obra que hemos interpretado hasta en cuatro ocasiones pero, para nosotros, es como si fuera la primera, tanto por la producción como por elenco y por el trato que hemos recibido”.