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Brunete mediática

Brunete mediática

hace años, un viejo líder del nacionalismo vasco acuñó la expresión “Brunete mediática” para definir a los medios de comunicación, básicamente editados en Madrid, en su comportamiento agresivo y justiciero frente a nacionalistas varios en aquellos tiempos de agitación y pelea política, comparándolas con las mortíferas armas de la agrupación más guerrera del ejército. Hoy en día podemos contemplar un comportamiento similar en el modo de hacer de periódicos, radios y teles en relación al denominado procés catalán, que no acaban de entender, digerir y asimilar, y que concitan la unión cerrada de todas las posturas periodísticas, en un afán común de defender la situación constitucional actual, que dicen poder de cambiar, en un ejercicio de palabrería y democracia vana, insulsa y parlanchina. Es increíble la respuesta cerrada y agresiva, en cuanto surgen aspectos de la actualidad catalana, frente a los que arman cañones, misiles y armas de variadas composición en un empeño cerrado de defensa de la unidad territorial del estado, amenazado por el desarrollo político de los acontecimientos catalanes. Los periodistas asentados y pagados en Madrid responden como un resorte de acero a las cuestiones planteadas por los políticos independentistas catalanes, con un estilo que ponen los pelos de punta; los analistas de la corte defienden con uñas y dientes dialécticos la carta magna, los principios constitucionales y el poder salvífico de la actual constitución. En esas ocasiones, dejan su condición periodística y se convierten en servidores ciegos de la sagrada unidad constitucional. La Brunete mediática dispara sin ton ni son a todo muñeco que se salga de la ortodoxia de pensamiento, obra y palabra que por cierto, dificulta el acercamiento a los postulados soberanistas catalanes, que deberán conciliarse en dialéctica política; y mientras tanto los defensores de la patria a lo suyo. Flaco favor a la democracia del sur de Europa.