barcelona - Los miedos infantiles, el miedo a la muerte, a la enfermedad y al abandono son algunos de los terrores que Albert Pla repasa con ironía en su espectáculo Miedo y en el disco homónimo que ayer salían a la luz, pero lo que más miedo le da a él personalmente es “la gente en general, sobre todo cuando se junta. Siempre he sido un miedoso social”, dice el artista catalán, que cree que “la sociedad es cada día más invasiva”, algo que le molesta especialmente en el momento de la promoción de los discos porque “en las entrevistas cada vez me preguntan más por temas políticos y sociales como si yo fuera un cantante social, cuando soy un asocial”. Un asocial con muchos seguidores, ya que casi ha agotado las localidades para todas las actuaciones previstas en Barcelona del impactante espectáculo que ha creado junto los argentinos Mondongo.

En el montaje teatral, Albert Pla se ríe de la muerte y le da la vuelta a los miedos eternos con canciones como Entierro, que interpreta dentro de un ataúd, Muerto, en la que se alegra de estar muerto, o la escena en la que se disfraza de madre para insultar a su hijo moribundo. Albert Pla no puede negar que es un irreverente, pero niega rotundamente ser polémico, a pesar de que la polémica le persigue desde los inicios de su carrera. “Yo no soy polémico, es la polémica la que me busca”, asegura, e insiste en que él simplemente habla de sus inquietudes personales y es la sociedad la que se empeña en invadirlo todo. “La sociedad se mete cada vez más dentro de las personas. Te levantas por la mañana y tienes tantos estímulos sociales que te ves obligado a reaccionar. Además, estamos en un mundo tan sensacionalista que cada estímulo es como un terremoto enorme que te ocupa mucha parte del día”, lamenta.

Él va “trampeando” e intenta seguir viviendo en su mundo aparte, aunque se deja acompañar por algunos invitados ilustres, como Raül Refree, con el que firma disco, una colaboración que recuerda a la que hizo con Pascal Comelade en Somiatruites (2011), su anterior álbum. “Estos dos discos tienen dos procesos de trabajo similares, pero muchos de mis trabajos son así, porque yo no hago discos, hago espectáculos. El punto de partida es explicar una historia y primero sale un espectáculo y luego el disco del montaje”, explica. De hecho, si han pasado siete largos años entre su anterior disco y Miedo es porque en el espectáculo intermedio, Guerra, con Raül Refree y Fermín Muguruza, “nos olvidamos de hacer el disco. Íbamos diciendo mañana, mañana y al final, nada”. Un olvido que no molesta mucho al autor porque “hoy en día los discos ya no tienen mucho sentido. Yo hubiera preferido otro formato -añade-, y propuse un pendrive con las canciones y una rata colgando”, en referencia a la canción Ratón, “pero se empeñaron en el que disco fuera redondo y estuviera dentro de una caja cuadrada”. Tras Guerra, Albert Pla se unió al payaso Tortell Poltrona para hacer Projecte PP, un espectáculo infantil, y después pensó que “estaría bien hacer un disco de canciones para asustar a los niños” y ese fue el origen de Miedo.