roma - Bernardo Bertolucci, autor de películas como El último tango en París, Novecento o El último emperador y considerado uno de los últimos maestros del cine italiano, falleció ayer en Roma a los 77 años. La capilla ardiente se instalará hoy en el Ayuntamiento de la capital italiana, según un comunicado difundido por la familia. Posteriormente, en una fecha por determinar, se celebrará una ceremonia conmemorativa.
El director, que en 2016 aseguraba que todo cineasta es un voyeur porque “quien mira a través del objetivo de la cámara es como quien mira a través del ojo de una cerradura”, no dejó indiferente a nadie con sus películas. Intimista, irreverente, provocador, pero también autor de grandes producciones como El último emperador, ha sido calificado como “el gran director de la trasgresión”. Nacido en Parma (norte) el 16 de marzo de 1941, pertenecía a una familia de reconocidos escritores y cineastas italianos. Bertolucci entró en el mundo del celuloide con 20 años de la mano de Pier Paolo Pasolini, a quien asistió en Accattone (1961). Su ópera prima fue La cosecha estéril (1962), el punto de partida de una fulgurante carrera que le ha situado entre los más importantes de la historia italiana, siempre en busca del intimismo y en continuo análisis de la juventud.
Su carrera internacional llegó con El último tango en París, que logró dos nominaciones al Oscar como mejor director y mejor actor en 1973 y mismas candidaturas que a los Globos de Oro. El último tango en París (1972), tormentosa historia de amor con furtivos encuentros sexuales protagonizada por Maria Schneider y Marlon Brando, fue censurada en países como España y generó numerosas polémicas. De hecho, con el paso de los años, la cinta acabó siendo la sombra del realizador, ya que derivó en acusaciones de violación por parte de Schneider. Se refería a la escena de sexo en la que Brando usa mantequilla como lubricante y que, dijo, no constaba en el guión, una acusación negada por Bertolucci y defendida por ella hasta su muerte en 2011. Aunque Bertolu-cci siempre reconoció que el éxito de esta película le permitió, debido al éxito, hacer lo que “le diese la gana”, y entonces rodó Novecento.
grandes producciones Dividida en dos actos y ambientada en su región natal, el realizador quiso mostrar la tensión social entre las clases trabajadoras y la burguesía de los latifundios en los albores del siglo pasado. Contó con la maravillosa banda sonora de Ennio Morricone y un reparto integrado por Robert de Niro, Gérard Depardieu, Burt Lancaster o Donald Sutherland. Y en 1987 estrenó la película que le granjeó un mayor reconocimiento, El último emperador, con la que ganó cuatro Globos de Oro y nueve Oscar, entre ellos los de mejor película, mejor director y mejor guión, y que recupera la figura de Puyi, el emperador de China derrocado por la revolución de 1911. Tuvo un rodaje espectacular en una China que a mediados de los años 80 todavía no había comenzado a dar el giro que la convirtió luego en una superpotencia económica mundial. El director siempre recordaba “las decenas de soldados a los que les cortaban el pelo en grupos para poder actuar como extras en las impactantes escenas de la historia del emperador Puyi en la Ciudad Prohibida de Pekín”.
Seis años después, en 1993, estrenó otra recordada producción, El pequeño buda, la historia de un niño estadounidense en quien unos monjes budistas creen ver la reencarnación de uno de sus lamas. En 2003 dirigió Soñadores, otra película sobre la juventud. Un grave problema en la espalda le dejó en silla de ruedas, pero esto no le impidió asistir hace unos meses a varios reconocimientos con motivo de la reposición de El último tango en París. En su última película, en 2012, volvió a los ambientes intimistas y a los diálogos intensos con Tú y yo, basada en la novela de Niccolò Ammaniti sobre el intenso reencuentro entre un hermano y una hermana. - Agencias
Mostra de Venecia. “Será recordado entre los más grandes del cine mundial e italiano”, dijo el presidente de la Bienal de Venecia, Paolo Baratta, que ayer recordó que el cineasta estuvo en la Mostra desde su primera obra, La cosecha estéril (1962), y después presidiendo el jurado en 1983 y 2013 y donde obtuvo el León de Oro a la carrera en 2007.
Cannes. “Bernardo Bertolucci encarnó al cine italiano convirtiéndose en una figura mayor de su identidad. Tenía con Cannes un vínculo inquebrantable”, declararon el presidente del Festival de Cannes, Pierre Lescure, y el delegado general, Thierry Frémaux.
En Italia. El cineasta Franco Zeffirelli despidió a su “querido amigo y gran director” y subrayó que “con su trabajo logró transportarnos a dimensiones artísticas únicas”. El presidente del Centro Experimental de Cinematografía, Felice Laudadio, recordó la felicidad de Bertolucci tras la restauración de El último tango en París (1972) con ocasión de sus 45 años. Y anticipó que ahora se restaurará La cosecha estéril, una de los preferidas de su esposa, la también guionista y directora Clare Peploe.