CONCIERTO navideño de pueri cantores

Intérpretes: Federación Española de Pueri Cantores: Escolanía Pedro Mena de Adra, Almería (director: José A. Pérez); Esc. Pueri Angelorum de Campanario, Badajoz (Andrés A. Blanco); Esc. María Briz de Guadix, Granada (José Martínez); Esc. Salvé de Laredo, Cantabria (Samara Oruña); Coro Julián Gayarre de Noáin (Laura Álvarez); Coro de Sant Francesc de Palma, Malloraca (Joan Rosselló); y Coro Rey Sancho de Tafalla (A.C. Huarte Guillén). Lugar: Catedral de Santa María la Real de la Almudena. Fecha: 28 de diciembre de 2018. Público: lleno (gratis).

La catedral de la Almudena ha acogido este año el concierto navideño de la Federación Española de Pueri Cantores; una entidad que recoge la excelsa tradición de escolanías -en las que muchos nos hemos aficionado y formado para la música- y trata de mantenerla y difundirla a través de formaciones corales infantiles y juveniles de diversa índole. Es una labor -nunca suficientemente agradecida- de los directores de los coros, la mayoría profesores de música, que ofrecen su propio tiempo libre, y que ven cómo cada vez es más difícil sacar tiempo libre de los chavales para cantar partituras tradicionales, de sus respectivos lugares, de Bach, o, como en el caso que nos ocupa, de villancicos universales, con especial representación de las diversas regiones de España. Madrid está estos días abarrotado: a las colas del palacio Real, se une el bullir de la entrada a la catedral, en un día soleado y fresco, con cientos de turistas que van y vienen, pero que hacen un alto para escuchar a los tres centenares largos de chicas -superan ya a los chicos-, y chicos que se colocan en la escalinata del presbiterio para su actuación. El templo, abarrotado, y las decenas de móviles en alto grabando el concierto, dan al acontecimiento, una rara dimensión. Eso sí, hay un respetuoso silencio. En primer plano, la excelente fanfarria de los chicos de Tafalla, que, francamente, se lucieron, dando al evento un plus de grandeza y solemnidad. Y el joven organista, Mikel Abete, bien compenetrado con la masa coral. Junto al coro Rey Sancho de Tafalla, el más numeroso, dirigido por Alfonso Huarte Guillén -que, a su vez es el presidente de la Federación-, participaba, por parte de la Comunidad Foral, el coro Julián Gayarre de Noáin, dirigido por Laura Álvarez, quien también compartió pódium en el concierto con el resto de directores. Andalucía, Extremadura, Cantabria e Islas Baleares, aportaron el resto de escolanos.

Aunque con el público se equilibra un poco, la reverberación de la Almudena es un tanto exagerada, por lo que es mejor sacarle partido y no ir contra ella. Así, por ejemplo, el comienzo con el Puer natus gregoriano, es francamente espléndido: proyectado sobre las bóvedas, se hace plenipotenciario del lugar, y muy hermoso en el diálogo entre las voces más graves -las estrofas-, y los sopranos, -estribillo-. A partir de esa seria propuesta que deja impresionado al respetable y en silencio, se suceden las reconocidas melodías austríacas, inglesas, francesas; catalanas, vascas, castellanas, andaluzas; Haendel, Mendelssohn; y el Adeste Fideles, que también canta el público. Indudablemente, el acontecimiento trasciende la propia música, todo resulta propicio y luminoso; pero, también, hay detalles muy musicales; por ejemplo, el metal con un sonido muy recogido, empastado y envolvente del acompañamiento al villancico Qué li darem a n’el Noi; el racial solo de Los campanilleros, muy emocionante; el arreglo con un bajo ostinato muy humorístico del Ya viene la vieja; la parte confiada a todas las sopranos en el Hantxe dago del Mesias sarritan, un agudo muy bien colocado y elevado al infinito; y los brillantísimos finales del tutti, que lo envuelven todo.

No sé qué harán con sus grabaciones los de los móviles -de todas las nacionalidades-; pero, seguro que, junto a los recuerdos oficiales del turismo madrileño, les ha sorprendido la jovencísima y esplendorosa felicitación navideña de la Federación de Escolanías. A esa felicitación nos añadimos.