pamplona - Ha aparecido el cuerpo de una niña de siete años en el monte Oiz. A los pocos días, el escenario se repite en el Anboto. Los rumores crecen, los titulares de los medios de comunicación no ayudan y se empieza a instalar la imagen en el imaginario colectivo de que una mujer, una bruja, está haciendo sacrificios a las montañas. Así arranca La hermandad de la Diosa, la novela con la que el escritor y abogado vitoriano Samuel Vernal cierra la bautizada como Trilogía Insomne, que arrancó hace cuatro años con la salida de El rencor de la montaña insomne y siguió, en 2017, con Soñado por brujas. “Me siento muy satisfecho por haber llegado hasta aquí, por poder ofrecer el desenlace a los lectores que estaban ansiosos de ver cómo terminaba”, apunta el autor, al tiempo que reconoce que “llevo tanto tiempo viviendo con estos personajes que, ahora, soltarlos, dejarlos ir, me da pena”. Por eso, más allá de las tramas que conforman la novela, “he querido que en este final también haya una parte emocional con los personajes, que sea una despedida con cariño”.

Lo cierto es que los lectores no van a tener que esperar nada para volver a encontrarse en el camino de la filóloga e investigadora Anne Wellington, de la Fundación Petunia, de... Bueno, hay que tener cuidado con lo que se dice y escribe para no estropear sorpresas dentro de esta amplia historia en la que el origen del euskera, la mitología vasca y una profecía se funden con misterios, crímenes e investigaciones. Sucesos que, en esta tercera parte, recorrer diferentes puntos de la CAV y de Navarra, pero también lugares como las islas de Eubea y Cerdeña, donde se encuentran construcciones arquitectónicas determinadas. Espacios que son testigos y protagonistas para una historia que requiere, sí o sí, haberse dejado atrapar de manera previa por los dos títulos precedentes. “Quería ofrecer un cierre bien hecho, sosegado, pensado, trabajado y sentido, sin meterme presiones temporales. Lo quería hacer bien porque, a veces, lees otras trilogías y te das cuenta al instante de que las cosas se hacen a todo correr porque hay una editorial metiendo prisa”.

Así se lo explicará también a las personas que le quieran acompañar en alguna de las tres presentaciones que a lo largo de mayo se van a producir en el territorio. La primera tuvo lugar hace unos días en la Casa Garcetas de Laguardia (en la Oficina de Turismo), a donde Vernal acudió de nuevo invitado por la Sociedad de Amigos de Laguardia, ya que esta trilogía y esta zona de la provincia tienen mucho que ver. Y, aunque todavía está por confirmar el lugar, el próximo viernes, 24 de mayo, a las 19.30 horas se llevará a cabo otro encuentro con los lectores en el marco de la feria del libro de Vitoria-Gasteiz impulsada por el Gremio de Libreros de la ciudad.

Serán ocasiones en las que poder explicar que “esta tercera parte ha adquirido otra dimensión ya que hay mucho de mí en el libro”, en una novela que cierra las tramas principales de la trilogía, aunque “sí es cierto que el universo de la Fundación Petunia lo he dejado un poco abierto para, en su caso, poder retomarlo en el futuro”. En este sentido, el autor describe que “desde el principio sabía dónde quería llegar”, un camino trazado de manera especial en un cuaderno donde cada personaje ha tenido su sección, en cuyas páginas se han diseñado todos los secretos que se tenían que ir desvelando en cada una de las partes. “Hay que tener todo bien controlado para no dejar cabos sueltos ni cometer errores”, dice. Ahora toca descansar un poco, más allá de las presentaciones y actos promocionales. “Quiero estar un tiempo tranquilo, sobre todo para leer” más allá de que “tengo en la cabeza tanto historias que no tienen nada que ver con lo que he hecho hasta ahora, como hilos relacionados con este universo de los que poder tirar”.