pamplona - El mes que viene llega a la gran pantalla Lo nunca visto. ¿Satisfecha con el resultado?

-Estoy muy contenta con el resultado y por poder estrenarla en Navarra después de haber rodado aquí. Tengo ganas de que la vea al público.

Se trata de una comedia con un mensaje bien marcado en relación a la inmigración.

-La inmigración es un tema que siempre me ha interesado y el miedo a los demás, que ahora está subiendo, es un problema que tenemos y que, como sociedad, todavía nos queda por resolver. Creo que desde la comedia es un tema que se puede abordar más fácilmente, que puede llegar más.

¿La comedia permite que se digiera mejor algo tan peliagudo?

-Sí, bueno, la película está contada desde el respeto y, por eso, no se falta el respeto a nadie. Yo no he intentado ser políticamente correcta porque me he metido con todos, pero es que creo que no nos toca a nosotros ser políticamente correctos, sino a los políticos. Creo que es un tema que está en carne viva, que no lo hemos hablado lo suficiente ni meditado. Y realmente es un drama social. El problema es que ese miedo se convierta en odio y eso es más complicado. Muchas veces me han dicho que la película habla sobre las diferencias culturales y yo no creo que sea así, creo que habla sobre que somos absolutamente iguales, en todo, en los miedos y los deseos.

Dice que todos somos iguales, y esto lo refleja desde el inicio de la película, cuando unos tienen miedo de los otros y viceversa.

-Todos tenemos prejuicios, son de ida y vuelta. Es verdad que algunos prejuicios son más peligrosos que otros, pero los tenemos todos. Y también esta película me ha servido para retratar que hay un gran abanico de prejuicios y, sobre todo, de racismo.

En el filme, quien lleva riendas de todo lo que se guisa en Fuentejuela de Arriba es Teresa. ¿Esta es también una reivindicación del papel de la mujer en la sociedad?

-Absolutamente. Teresa es un personaje que de repente coge las riendas no solo del pueblo, sino también de su vida. Después de una crisis, toma decisiones, lo que no había hecho hasta ese momento. Y yo creo que hay que reivindicar los personajes femeninos y a mí me gusta hacer una película con un personaje femenino protagonista que tenga más de 50 años, que eso parece que no existe. Y quién mejor para ello que Carmen Machi.

La película habla de integración y de igualdad, pero también de diversidad sexual...

-Claro, porque es un tema que está a la orden del día y parece que en los pueblos no se habla... Pero no creo que este sea el tema principal de la película porque está abordado con muchísima naturalidad. Bueno, con la naturalidad que debe ser porque la diversidad está en todo: en el color, en la elección sexual... Y esta naturalidad con la que se trata ayuda a que se visibilice y se normalice.

Ahora que está de vuelta en Navarra, ¿cómo recuerda los días de rodaje por aquí?

-Uztarroz nos pareció el pueblo ideal para contar nuestra historia. La verdad es que pasamos un rodaje muy divertido todos viviendo en el pueblo.

Viviendo un tiempo in situ, ¿ha podido comprobar que las dificultades a las que se enfrentan los pueblos pequeños de las que habla en la película existen de verdad?

-Desde luego que sí. Hay muchos pueblos de estos en los que cuando no es verano la población disminuye a niveles alarmantes. También había lugares donde algunas personas mayores no habían visto a un negro nunca. Y cuando íbamos a grabar fue también muy divertido porque pasaba un poco lo mismo que en la película, por supuesto que sin ningún atisbo de racismo. Pero sí es verdad que las miradas de lo nuevo estaban ahí.