madrid - Los socios de la SGAE dijeron no ayer a los nuevos estatutos, abriéndose así un nuevo escenario en el que Cultura podría retirarle la autorización como entidad de gestión y donde la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC) los expulsaría.

En un ambiente de tensión, la asamblea general de la SGAE ha rechazado, por tercera vez, el nuevo texto estatutario. En esta ocasión, pese a haber tenido un porcentaje del 62,78% de síes (15.502 votos), el nuevo texto no ha sido aprobado al no conseguir los dos tercios necesarios, el 66,6%. Un 36,07 % de socios votó no (8.907) y un 1,14% se abstuvo (282). Entre los que pidieron el sí durante el debate previo a la votación estuvo el cantante Pau Donés, mientras que en el bando del no se posicionaron Inma Serrano -miembro de la actual junta directiva-, el expresidente de la SGAE José Miguel Fernández Sastrón y los miembros de la Coalición Autoral.

Con este resultado la SGAE está más cerca de ser intervenida parcialmente por el Ministerio de Cultura, que recurrió el pasado viernes el auto de la Audiencia Nacional por el que se rechazaba la intervención judicial de la SGAE solicitada por el Gobierno, así como la remoción de sus órganos de representación, al entender que no era competente para ello. En cualquier caso, “la emisión del auto no ha afectado en ningún extremo” al procedimiento administrativo de revocación de la autorización de la SGAE, iniciado mediante el apercibimiento efectuado el 27 de septiembre de 2018, que sigue abierto y plenamente vigente, señaló Cultura.