pamplona - Doscientas cucharas de postre. Esa es la única escenografía que necesitan los tres actores de la compañía portuguesa Do Chapitô para llevar a cabo su versión de Electra. Porque el clásico mito de Sófocles se convierte en una desternillante comedia en el espectáculo luso, que sin perder un ápice de su naturaleza trágica, invita al público de esta noche en La Cava a sumar una cucharada de imaginación y también de carcajadas. Y es que, según reflexiona José Carlos García, codirector de Electra, “la línea que separa la comedia de la tragedia es muy suave”.

Después de haber estado girando con Edipo, Do Chapitô continúa su aventura de revisitar tragedias griegas. Pero, ¿por qué Electra y no otro clásico?

-En la compañía nos gusta coger los clásicos y transformarlos. No hacemos arqueología teatral y la verdad es que tenemos mucho respeto por los clásicos originales, pero tampoco queremos hacer exactamente los originales. Además, nos divertimos mucho adaptándolos y llevándolos a otro punto. Por ejemplo, en nuestra obra de Electra, en la que se ve que Agamenon mata a su hija y se va a la guerra, también vemos la historia de antes. Vamos divirtiéndonos haciendo los clásicos, pero con una estética muy propia y desde un punto de vista también cómico.

El espectáculo está inspirado en el mito de Sófocles y se trata de una creación colectiva, desde un trabajo de improvisación y ensayo por parte de la compañía. ¿Cómo es la dinámica de trabajo?

-Primero hacemos siempre la estructura antes y pensamos cómo vamos a contar esta historia. Después se trata de dar con la forma de cómo contarla. En este caso, en Electra, esa forma fue la estética de cómo llegar y llevar la historia y la estética estuvo en encontrar un objeto, que es una cuchara. Así que a partir de las cucharas, está la estética de cómo contar la obra.

Los actores juegan con las cucharas, que a su vez se convierten en pendientes, máscaras, espadas, copas de vino... Pero, ¿por qué una cuchara?

-En Portugal tenemos un dicho relacionado con no meter tu cuchara en asuntos que no son tuyos... Y precisamente lo que acontece en Electra, obra que es un lío familiar en el que todos están metiendo la cuchara en los asuntos del resto y crearse toda la confusión y toda la tragedia a partir de eso... Así que hacemos la obra a partir de algo tan cotidiano como son las cucharas. En el escenario hay cerca de doscientas cucharas.

¿Qué papel juega entonces el teatro físico de los tres actores para construir todo un universo griego y toda una obra a partir de ese mismo elemento?

-Es fundamental, claro. Todo el universo de la obra se crea a partir de los cuerpos de los actores, que son Tiago Viegas, Jorge Cruz y Susana Nunes. Ellos tres hacen toda la obra y dan vida a varios personajes, ya que en la compañía también jugamos siempre con eso. Su trabajo en el escenario es muy físico y también tienen una partitura sonora, porque hacen los sonidos. Pero su cuerpo está en el espacio jugando con todas las cucharas, para ir encontrando los universos que hacen la obra. El teatro físico es muy importante, sin ello no podríamos hacer esta obra. Es necesario tener actores con una cualidad de movimiento muy grande, y también de ritmo y de comedia.

Asimismo, el público será parte activa de la puesta en escena de Electra, ya que Do Chapitô interpela directamente a su imaginación para llevar a cabo el montaje.

-Así es como funciona la compañía, es lo ideal para mí. Por ejemplo, todos podemos leer el mismo libro y son las mismas palabras, pero es nuestra imaginación la que cambia su sentido y lo hace nuestro. Y a mí me encantaría que en el teatro hubiese momentos en que eso suceda, que sea el público el que tenga que construir el resto de la obra que falta. Para eso está la imaginación, en Electra el público tendrá que imaginar con nosotros, porque sólo así podremos jugar juntos, tanto público como actores. Sin su imaginación no podremos hacerlo.

El humor es otro de los sellos de la compañía, hasta el punto de convertir el drama de Electra en una comedia, con asesinatos y crímenes de por medio. ¿El humor puede ser una buena herramienta para hablar y analizar temáticas profundas y duras?

-Hay una cosa que me parece muy interesante y es que la risa nos lleva a entender las cosas. A través de la risa también se puede hablar de cosas muy serias, ya que aunque se quita el peso trágico, no quiere decir que dentro de la comedia no puedas tener todo ese peso dramático. La comedia está en todo, la línea que separa la comedia de la tragedia es muy suave y mínima, ambas están muy cerca.

En ese sentido, ¿cuál es el análisis que hace la compañía hacia toda esa violencia y venganza familiar que tiñe la historia?

-Hay violencia psicológica y violencia física. Todas las tragedias son muy violentas, pero no tiene por qué ser una violencia presente. En Electra, por ejemplo, el hermano sufre violencia psicológica, también la madre con sus hijos... Al fin y al cabo, la violencia es una cosa que está domesticada y que se encuentra en nuestras casas, ¿no? Y Electra es eso. Pero hay varios tipos de violencia, el hombre contra la mujer es una violencia física muchas veces, pero también otras tantas es psicológica... Y eso es muy peligroso, porque la indiferencia es también otro tipo de violencia.

La compañía suma más de 20 años recorriendo escenarios de todo el mundo, tanto de países europeos, como Estados Unidos, China, Argentina o Brasil. ¿Se adapta el montaje según el escenario y lugar?

-Sí, porque la compañía hace siempre las obras en tres lenguas: en castellano, en portugués y en inglés. En Olite toda la obra será en castellano y el público lo entiende muy bien. Porque aunque no es nuestra lengua original, son ya muchos años haciendo las obras en estas tres lenguas.