san sebastián - Hasta un “olé” escucharon los músicos de la Mahler Chamber Orchestra en sus actuaciones del pasado jueves y viernes en la Quincena Donostiarra, en las que el conjunto contagió al público su energía. “La Mahler es una gran marca. Es un ideal musical y humanamente hablando. Cada miembro está conectado con el otro formando una unidad”, aseguró el checo Jakub Hrusa, director de ambos conciertos y del que ofrecieron el sábado en el Festival de Santander.

“El programa del viernes fue muy especial, porque no es nada habitual hacer el Te Deum de Dvorak ni el Psalmus Hungarikus de Kodaly, y menos aún juntos”, destacó Hrusa. La Mahler estuvo acompañada en esa primera parte por el Orfeón Donostiarra y la Easo Eskolania, en total casi 200 personas en escena, a las que se sumaron la soprano Katerina Knezikova, el barítono Adam Plachetka y el tenor Gyula Rab. - Efe