madrid - Ricardo Darín volverá desde mañana a España con Escenas de la vida conyugal, una ocasión, aseguró, “nueva” porque la acción dramática siempre lo es: “el escenario es vertiginoso y peligroso; nunca se sabe lo que puede ocurrir”, dijo.

Darín (Buenos Aires, 1957) presentó ayer junto a Andrea Pietra la nueva entrega de la obra que escribió Ingmar Bergman -estrenada en 1973 como serie y más tarde como película y obra de teatro- y que él lleva representando desde 2014. Comenzarán su gira el 18 de septiembre en los Teatros del Canal de Madrid, donde estarán con la obra “por tercera vez”; seguirá -del 25 al 29- en el Teatro Olympia de Valencia; volverá a Madrid -del 2 al 20 de octubre-; estrenará en el Palacio de Congresos de Zaragoza -24 al 26 de octubre- y en el Auditorium de Palma de Mallorca -del 1 al 3 de noviembre-. La gira se completará en el teatro Campos Eliseos de Bilbao -del 6 al 10 de octubre- y terminará en el Teatro Tívoli de Barcelona -del 13 al 24-. “La única razón por la que hay que ver de nuevo esta obra es por esta mujer -Pietra-, una gran actriz que todos los días cambia la pieza”, bromeó el artista.

Para Pietra, que acaba de hacer junto a la directora de Escenas de la vida conyugal, Norma Aleandro, otra obra teatral en su país, cree que el público encontrará en ella “muchas cosas que conocen y van a sufrir, a reírse y luego a charlar largo y tendido sobre ella”. “Es un texto extenso e intenso”, indicó Darín, y reveló que cuando Aleandro le habló de la obra le previno de que se asombraría de que “en cantidad de ocasiones la gente se reiría en momentos trágicos, porque es una especie de catarsis”. En la obra, que han interpretado actores como la propia Aleandro, Liv Ullman o Alfredo Alcón, Darín ha cambiado en cinco años tres veces de compañera -Valeria Bertucccelli, Erica Rivas y ahora Andrea Pietra- y todo se ha tenido que “reacomodar”.

“Cada una de ellas tiene su propia singularidad. Ahora hay una reformulación porque Andrea la ha modificado con su presencia. Eso mantiene al teatro vivo. Es una historia a través de 25 años y el mundo está en permanente cambio”, señaló. Darín asegura que en esta obra no aplica “absolutamente nada” de su experiencia matrimonial y que “con el tiempo” ha aprendido a no ser tan duro con su personaje: “es bastante egoísta pero también es muy coherente. Tiene un nivel brutal de honestidad”. - Efe