Don Quijote es uno de los clásicos del repertorio de danza clásica por excelencia. Creado en Rusia en 1869 sobre una partitura de Ludwig Minkus, esta obra llena de color rompía con el universo de las criaturas sobrenaturales o etéreas de los ballets clásicos del siglo XIX para poner en escena a la gente del pueblo. La Compañía Nacional de Danza, que ya presentó en Pamplona su versión del Cascanueces, será la encargada de llevar esta obra -firmada por el coreógrafo José Carlos Martínez- al escenario de Baluarte, el viernes y el sábado a las 20.00 horas, donde se mostrará un matiz mucho más poético de Don Quijote y su búsqueda del amor perfecto encarnado por Dulcinea. Todavía quedan algunas entradas disponibles y se pueden adquirir por 18, 28 y 42 euros. Para el público joven (menores de 30 años), habrá descuentos hasta del 70%.

Inspirado en la célebre coreografía de Marius Pepita, el coreógrafo murciano, que el 1 de septiembre concluía como director de la CND después de ocho años, revisa la obra desde una perspectiva que respeta la esencia de la cultura y la danza españolas y, para ello, mezcla en su coreografía la danza clásica con la tradición del bolero, el fandango y la seguiriya, entre otros estilos. En esta ocasión, el espectáculo estará acompañado desde el foso por la Orquesta Sinfónica de Navarra, bajo la batuta del maestro Manuel Coves, que interpretará la partitura del compositor austriaco Ludwin Minkus. De desgranar los detalles se encargaron ayer María Antonia Rodríguez, gerente de Baluarte y OSN, y el nuevo director artístico de la CND, Joaquín de Luz.

Para De Luz, es “una gran suerte hoy en día que se puedan hacer funciones de ballet con música en vivo”, que “nada tiene que ver con ver un espectáculo con música enlatada”. “Es como ver un partido de fútbol en televisión o en directo; nada que ver”, añadió. En cuanto a Don Quijote, subrayó que es “uno de los ballets clásicos más famosos” y esta versión en particular “cuenta con muchos aspectos que la hacen única”. La acción se centra más en los amores tumultuosos de Quiteria y Basilio -papel que el propio Joaquín de Luz encarnó cuando aún formaba parte de la plantilla de bailarines de la CND- y sobre el escenario 48 bailarines harán de este “un ballet para todos los públicos”, donde “todos podrán llevarse algo a casa”.

Drama, comedia, pirotecnia técnica balletísticamente hablando son los ingredientes que compondrán este espectáculo dividido en tres actos diferentes. “El primero pasará en un pueblo, que aunque en el libro no se especifica cuál es podría ser cualquier pueblo castellano, mientras que el segundo es una fantasía de Don Quijote y, aunque no quiero desvelar nada más, en el tercer acto se volverá al pueblo”, apuntó. Respecto a la música de Minkus, la nueva gerente de Baluarte destacó que se trata de “una orquestación muy grande a pesar de estar en el foso y es brillante”, que “hace par a la coreografía”, añadió De Luz.

El director artístico de la CND afirmó que disfrutar de una obra como Don Quijote ahora desde el punto de vista de la dirección implica “una responsabilidad enorme”. “Mi objetivo es que sea un espectáculo para los entendidos y no entendidos en ballet, y que todos ellos puedan llevarse algo del espectáculo a casa; por ello procuro mimar hasta el último detalle de la obra”, indicó. Por su parte, Rodríguez animó a todo el público a acudir a Baluarte este viernes o el sábado porque “es una obra que -aseguró- va a maravillar”. “Yo tuve la suerte de verla en el Teatro de la Zarzuela y es un espectáculo increíble y que realmente vale muchísimo la pena”.