Síguenos en redes sociales:

El derribo hecho arte

josetxo santos exhibe 15 piezas realizadas con piedras rescatadas de la demolición de los cines carlos iii

El derribo hecho arteMikel Saiz

El arte tiene procedencias infinitas. Parte, entre otras, de vivencias, recuerdos, anhelos, esperanzas, deseos, traumas o nostalgia. Es de esta última de donde nace Derrib-Arte, la nueva exposición de Josetxo Santos en la que el arte nace a partir de un derribe, el de los Cines Carlos III -antiguo Coliseo Olimpia- y toma forma de esculturas que ahora se exponen en los establecimientos cercanos al que fuera el lugar de encuentro de tantas y tantas citas culturales. “Fue un lugar único al que tenía que rendir un homenaje”, dice su autor.

Santos, que ha realizado quince esculturas a partir de las piedras y hierros que rescató del derribo de este edificio, cuenta que toda su vida ha vivido cerca de esta zona. “Mi familia vivía al principio de la Avenida Zaragoza, junto a la plaza Príncipe de Viana, y he pasado un millar de veces por este lugar”, cuenta el artista pamplonés, que cuando supo de su derribo comenzó a sentir “una nostalgia sobre la que tenía que actuar”. “Era un espacio con una magia especial, una zona que culturalmente no se podía comparar con nada y nada tenía que envidiar”, apunta Santos, quien ha dedicado gran parte de su vida a la docencia en colegios y universidades, además de a su labor artística, y es autor de varios libros de texto. Por ello, cuando las obras ya habían comenzado, se acercó hasta allí para hablar con la constructora Erri Berri -encargada de la demolición- sobre la posibilidad de que “aquellas piedras, que acabarían trituradas, tuvieran un uso diferente”. Quería darles forma, un sentido y una perdurabilidad. Y, así, comenzó a trabajar.

Cuenta que comenzó recopilando piedras que “tenían forma de escultura por sí solas”, que le llamaban la atención y que contenían alguna particularidad. Los hierros eran un material indispensable. “Un trabajador de la obra me ayudaba a entrar y a escoger las que más me gustaban e incluso algunas veces me guardaba algunas que tenían las características que yo le había descrito”, señala. Entonces comenzó las primeras pruebas y vio que aquello podía convertirse en un buen proyecto.

Creó unas estructuras de escayola, un elemento que le gusta por su “elegancia” y su “facilidad” a la hora de trabajar. Y vio cómo “la combinación de esta junto al hierro y el hormigón resultaba bastante apetecible”. Siempre, bajo la premisa de la geometría. “Es uno de mis mandamientos”, apunta. También es fundamental, en esta y prácticamente toda su obra, el juego con el vacío. “La gran lección que el maestro Oteiza nos dejó fue que el hueco sin rellenar también forma parte de la obra, y es algo que siempre tengo muy en cuenta”, subraya. Y así fue dando forma a una serie de esculturas naturales, el movimiento, la sensación de libertad y equilibrio son una norma común.

Para él, construir estas piezas ha sido “como escribir una carta de amor”. “Comienzas por el inicio, el cual tienes que rehacer una y otra vez, pero conforme va cogiendo forma vas disparado hacia delante y haces pruebas hasta lograr una carta que consideras que está redonda, que es perfecta -describe-. Pues yo hago lo mismo en mi trabajo: para llegar a cada pieza es fácil que haga decenas y cientos de apuntes, dibujos y pruebas, pero disfruto durante todo lo que dura este proceso”. Un proceso del que ahora -y hasta dentro de, al menos, unos quince días- se puede ver en diferentes establecimientos cercanos a lo que fueron los Cines Carlos III. Estos son Arrizabalaga, Calzados Eribiti, Muro Etxe, cafetería Bahía, O’bag, SKFK, Joyería Nando, Tatapañal, Ulloa-Óptico, Lorca, Leilui, Ayestarán y el puesto de castañas de Joseba.

“Quería hacer un homenajea a todo lo que se tira y creo que he conseguido salvar una pequeña parte de este solar; lo he salvado de que muriese en una trituradora de piedra, estoy muy contento y seguiré trabajando en esta línea”, asegura.