llevaba un tiempo buscando la forma de materializar su idea y un cuadro de Francis Bacon expuesto en el Bellas Artes de Bilbao “fue el detonante”. Aquella epifanía tuvo lugar en 2012 y, desde entonces, Raúl Guillamón ha generado la serie Deconstructivismos, que en muchas ocasiones da lugar a experiencias fotocubistas, que estos días y hasta el próximo 5 de marzo pueden contemplarse en el Centro de Experimentación Fotográfica (CEF) Maider Kuadra, donde el catalán ofrece un taller de iluminación creativa hoy y mañana.

La muestra arranca con dos imágenes anteriores a Deconstructivismos, para que el público entienda “de dónde vengo”. La primera pertenece a la serie Mallumo, macrofotografía de un elemento natural, en este caso una hoja, trasladado a un mundo onírico. La segunda corresponde a Kreitajaro, en la que fusiona macrofotografía de minerales con desnudos. Ambas son el preámbulo de Deconstructivismos, una colección de imágenes logradas en una única toma, sin edición ni retoque posterior, simplemente reconfigurando el tiempo. El fotógrafo opta por “una exposición larga” que puede ir de 3 segundos a dos minutos, durante los cuales “voy iluminando el objeto de distintas maneras, de esa manera voy segmentándolo, dividiéndolo y volviéndolo a construir”. Este proyecto “está a medio camino entre la fotografía y la pintura”, y también se alimenta de otros referentes como el action painting o incluso de la escritura automática, “donde la manera de trabajar es muy intuitiva”. “Me interesa el proceso, intuir con el modelo, ver cómo se mueve y hacer una coreografía que va generando trazos”, solo que en lugar de pinceles, usa linternas y flashes con máscaras que aportan distintas formas a los retratos. “Flash a flash y destello a destello voy sumando como pigmento al sensor o a la película”. Al final, es pintar con luz. “El resultado es muy plástico” y puede ir desde la figuración hasta la abstracción, tal y como se aprecia en la exposición, para la que ha seleccionado una treintena de desnudos femeninos. “Depende de cómo uses los trazos de luz puedes ser más realista o, si eres más rápido, dinámico, ser más abstracto”.

dejarse sorprender El fotógrafo sabe que hay profesionales del gremio a los que no les convence esta forma de trabajar porque no es perfecta desde el punto de vista técnico. Pero es precisamente eso lo que le atrae. “Busco que el error me sorprenda. La idea es soltar todo el bagaje que llevamos encima, así como el gusto estético cultural que hemos ido conformando y dejarte llevar. Cuando haces el primer trazo no sabes cómo va a quedar, es como si pintaras con los ojos cerrados, pero no te condiciona el siguiente y ahí se abre un abanico de posibilidades increíble. Hay que abrirse a la sorpresa y a la experimentación”. Y al final del proceso “tenemos una cocreación”. “Yo desconozco qué movimientos va a realizar la persona y ella no sabe cómo la voy a iluminar, se produce un baile, un diálogo entre los dos que es mucho más rico que en el retrato convencional”, indica.

Ante el resultado final hay distintas reacciones, “porque puedes sacar a la persona muy bella, pero también puede salir una imagen monstruosa”. “Sale a la luz un lado oculto, el inconsciente, el mundo onírico... Normalmente cuando posamos mostramos lo que queremos ser, no lo que somos, y en este caso sale lo que somos, sin miedos. Es un retrato para encontrarte y experimentar otras cosas”.

en el soto de lezkairu de pamplona

Centro de Experimentación Fotográfica Maider Kuadra. Raúl Guillamón decía ayer estar en contra de la opinión de colegas que afirman que en fotografía está todo hecho. “Todo lo contrario, está todo por hacer, y cada innovación tecnológica es una oportunidad para probar nuevos caminos”. Ya sea empleando técnica antiguas como nuevas, o combinando ambas. Precisamente, esto es lo que pretende el centro abierto en septiembre por la fotógrafa navarra Maider Kuadra en un local del Soto de Lezkairu (c/ Fuente de la Teja, 14), que quiere ser lugar de encuentro, de formación y de experimentación a partir de distintas técnicas e ideas.