vitoria - Los ertzainas que investigaron el caso de Iruña-Veleia creen que en el yacimiento alavés se cometió “la mayor falsificación o manipulación” sobre material arqueológico romano en una “maniobra orquestada”, según “todos indicios”, por el exdirector del yacimiento Eliseo Gil y dos colaboradores. Los agentes que declararon ayer en el juicio por la presunta falsificación de grafitos aseguraron que “todas las sospechas razonables señalan” a Gil, al físico Rubén Cerdán y al arqueólogo Óscar Escribano.

La Fiscalía pide para los dos primeros 5 años y medio de cárcel, mientras que el tercero llegó a un acuerdo en el inicio del juicio y aceptó un año de cárcel tras admitir que había hecho a modo de “broma” una inscripción en una pieza. Ayer declaró un ertzaina que investigó el caso a petición del juzgado a raíz de que surgieran sospechas de la autenticidad de los grafitos que fueron presentados en público en junio de 2006 como históricos, porque entre otras cuestiones, adelantaban al siglo III la aparición del euskera y la entrada del Cristianismo.

En su investigación la Ertzaintza constató “una concatenación de perplejidades, irregularidades, anomalías e indicios de criminalidad de todo tipo” y llegó a “la convicción judicial de que lo ocurrido es una de mas mayores falsificaciones y/o manipulaciones realizadas sobre materiales arqueológicos del mundo romano”. Los agentes concluyeron que se trató de “una maniobra orquestada por varias personas y todos los indicios y sospechas razonables señalan a Eliseo Gil, Óscar Escribano y Rubén Cerdán”.

El agente explicó que los 466 grafitos falsos “provienen de daños graves e irreparables sobre piezas romanas auténticas” y, preguntado por el abogado de Gil por los posibles motivos de un delito así, el ertzaina respondió que de manera “objetiva” este fue “presionado por el patrocinador” de la excavación -Euskotren- para obtener resultados. El policía garantizó la correcta custodia de las piezas -que fue puesta en cuestión por las defensas- desde que en noviembre de 2011 la Er-tzaintza asumió esta tarea y aseguró que no hubo “ninguna fisura en la cadena de custodia” anterior por parte de la Diputación Foral de Álava, que actúa como acusación particular y pide 7 años y 6 meses para Gil y 3 años y 9 meses para Cerdán.

Por su parte, el exjefe de Museos y Arqueología de la Diputación Félix López, ya jubilado, explicó que la institución creó una comisión científico-asesora (de la que él fue secretario) en enero de 2008 para investigar la autenticidad de los grafitos y actuar “en consecuencia” si resultaban falsos. “Surgieron discrepancias sobre su autenticidad”, dijo López, quien negó que las piezas fueran sometidas a pruebas destructivas para determinar si eran falsas y también que la comisión actuara con “animadversión” hacia Eliseo Gil. Expuso que los miembros de esta comisión detectaron “fraude” y hallazgos “imposibles” e “incongruentes” y lo plasmaron después en unas conclusiones “tajantes”: se había producido “un ataque claro al patrimonio y había que actuar con urgencia para protegerlo y si fuera necesario llevarlo ante la Justicia”.

Por su parte, el que fuera director de Patrimonio Cultural de Gobierno Vasco Imanol Agote explicó que “no es fácil hacer una valoración económica” del daño causado por las presuntas falsificaciones porque no son bienes con un uso determinado ni con mercado para su venta, sino que tienen un “valor de legado”.