- La Fundación Foto Colectania expone el trabajo del fotógrafo japonés Daido Moriyama, que el pasado año recibió el Premio Hasselbald, considerado el Nobel de la fotografía, y que destaca por su enfoque radical de los temas, su visión subjetiva de la vida urbana y su aproximación a la fotografía.

La exposición ha sido organizada por la Fundación Hasselblad (Gotemburgo, Suecia) y comisariada por Louise Wolthers y Sarah Walker, quienes recordaron ayer que Moriyama es uno de los fotógrafos más reconocidos de Japón. “Las imágenes de Moriyama reflejan una visión subjetiva y auténtica de la vida en la ciudad y del caos de la existencia cotidiana y su trabajo ocupa un espacio único entre lo ilusorio y lo real”, subrayaron las comisarias.

Moriyama, que ya desde joven se ganó la fama de fotógrafo urbano provocador, salía cada día con su cámara para captar “la cara más inhóspita de las grandes metrópolis de Japón”, pero su sensibilidad le hizo incluir encuentros y estados emocionales diferentes, de la desesperación a la ternura, de la fealdad a la belleza, de lo sucio a lo limpio.

Las fotografías expuestas en Foto Colectania, procedentes de la Fundación Hasselblad, son el resultado de casi cincuenta años de creación de imágenes, que no pueden leerse de manera cronológica o en grupos temáticos. Moriyama se convirtió en el artista más destacado del movimiento Provoke, que jugó un papel esencial a la hora de liberar la fotografía de la tradición e interrogar la naturaleza del medio.

El recorrido expositivo refleja el día a día de Moriyama, su viaje cotidiano, muchas veces sin alejarse demasiado, fotografiando su barrio en Tokio, y otras, en desplazamientos a destinos más lejanos como Europa o América. Según las comisarias, “no hay una concepción jerárquica en la elección de los temas y esto se ve reflejado en la exposición”, en la que conviven crudas fotos que tienden a la abstracción con tranquilas escenas callejeras o autorretratos en habitaciones de hotel. También es capaz de crear decadentes naturalezas muertas a partir de los objetos más insignificantes, a los que otorga un carácter casi fetichista.

“La representación de la vida de Daido Moriyama no está censurada y no le teme ni a lo feo ni a lo bello”, afirman Sara Walker y Louise Wolthers. Para Moriyama, la reproducción de sus fotografías es también importante, a veces toma fotos de sus propias instantáneas, que a su vez fotografía, creando algo que parece un juego con el conjunto de su obra.

“Tomo fotografías, pero realmente no lo considero un arte. A veces me gusta hacer serigrafías, busco distintas formas de expresión; y también me gusta ver mis fotos impresas en camisetas”, señala el artista en un vídeo grabado para presentar su obra, en la que queda reflejada la influencia de su pasado como diseñador gráfico.